Venezuela está al borde de un fuerte racionamiento eléctrico producto de la falta de planificación, de la improvisación y de la aplicación de Políticas Públicas perjudiciales para el país.
Por Ing. Eduardo Páez-Pumar | Asociación Integral de Políticas Públicas AIPOP
Hasta 1998, los distintos gobiernos de los 40 años de la República Civil habían mantenido los Planes de Expansión del Servicio Eléctrico, realizando también un mantenimiento continuo y oportuno, independientemente del partido de gobierno electo. Estos planes de expansión en generación, redes de transmisión y distribución, integraban tanto al sector público, como al privado y contemplaban pronósticos de crecimiento del consumo de energía para períodos de 5 años, con planificación a horizontes de 20 a 25 años.
A partir de 1999 los planes se dejaron de cumplir y lo político privó sobre lo técnico y sobre la visión de futuro del país, lo cual se evidencia a lo largo de los últimos 17 años del Socialismo del Siglo XXI. Podemos distinguir varias etapas políticas que paralizaron o modificaron los planes previstos a lo largo de estos años:
1999-2003. Control de los Poderes Públicos: Durante este período se paralizaron las obras de ampliación en infraestructura, incluido las del Sistema Eléctrico Nacional. La capacidad Instalada se mantuvo por 5 años en el entorno de 20.000 Mw. Afortunadamente se dio continuidad a la construcción de la Central Hidroeléctrica de Caruachi, posiblemente porque a la empresa mexicana ICA (constructora de la obra), ya le habían revocado el Contrato de Concesión con Aucoven, de la administración y ampliación de la Autopista Caracas-La Guaira y había acudido a un arbitraje ante el CIADI.
2004-2006. Campaña Electoral: Arranca la Misión Revolución Energética con la Instalación de 52 millones de bombillos ahorradores y de 1.400 Mw en equipos de generación distribuida en todo el país. La Generación Distribuida fue un proyecto no contemplado en los planes de expansión y que por influencia cubana hizo retroceder la tecnología existente en Venezuela, a la primera mitad del siglo XX.
2007-2012. Socialismo del Siglo XXI (Petróleo > 60 $/B): Creación de Corpoelec, nacionalización de Electricidad de Caracas (Elecar), Electricidad de Yaracuy (Caley), Sistema Eléctrico de Nueva Esparta (Seneca), Electricidad de Valencia (Eleval), Electricidad Puerto Cabello (Calife/ Turboven), creación del FONDEN y Fondo Chino. Contrataciones país a país con “gobiernos amigos” por asignación directa, casos: Tocoma con Odebrecht. Decreto de “Emergencia Eléctrica” para la contratación, a valores Mw/dólar que duplican el promedio mundial, con empresas como Duro Felguera (Termocentro), IberdrolaElecnor (Termoeléctrica Sucre), Derwick Associates (11 contratos: Sidor Planta A (CVG), La Raisa I y II, Guarenas I y II, Picure (Corpoelec), Las Morochas, Barinas I, Furrial, Morichal (PDVSA), etc.
2013-2016. Relevo. Suspensión de nuevas contrataciones y la ralentización de los proyectos
Como consecuencia de la programación del “como vaya viniendo vamos viendo”, la Demanda Eléctrica, que había tenido un crecimiento constante cercano al 7%, en el 2008 empieza a superar la Disponibilidad y se inicia un Déficit, que se ha venido incrementando causando apagones diarios, principalmente en el interior del país. En lugar se solucionar el problema, realizando reparaciones e instalando a tiempo nuevas plantas para aumentar la disponibilidad térmica, se obliga a la reducción de la demanda, interrumpiendo el suministro de 1.200 Mw en el 2009 a las Empresas Básicas de Guayana, las cuales se ven obligadas a bajar su producción a solo un 30%; y por efectos de la crisis industrial, empresarial y comercial inducida en el país por las Políticas Públicas de Socialismo del Siglo XXI, la demanda deja de crecer y de 18.696 Mw alcanzados en 2013, empieza a bajar a 18.545 en 2014 y a 18.300 Mw. (estimado) en 2015.
A partir del 2013 la Capacidad Instalada Térmica supera a la Hidráulica; pero ese mismo año la Generación Hidráulica fue del 61,4%, situación que se repite por igual en años con hidrologías secas como 2014, 2015 y 2016. La energía térmica con 17.600 Mw de potencia instalada, apenas puede operar con 6.000 Mw, casi el 70 % de la potencia termoeléctrica está indisponible. Es por ello que se sobreexplota Guri y se produce el descenso acelerado del embalse en épocas de sequía; y no por el Fenómeno El Niño.
Llegó octubre 2015 y nuevamente privó lo político sobre lo técnico; había que iniciar el racionamiento, pero venían las elecciones parlamentarias. No se tomó la medida y el gobierno se jugó a Rosalinda. Hoy, por mal manejo del embalse, diseñado para soportar 32 meses de sequía, su nivel ha bajado 23,44 m (al 10/03/2016) y le quedan apenas 3,54 m para la zona de colapso. La posibilidad de un colapso eléctrico nacional a mediados de abril 2016 es inminente. Venezuela necesita un urgente cambio de conducción política para subsistir.