Por primera vez, astrónomos pudieron observar una etapa clave del proceso de formación de un planeta gigante, ubicado a más de 450 años luz de la Tierra, alimentado a través de enormes flujos de gas.
Gracias al radiotelescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama, en Chile, los investigadores pudieron observar este momento clave, que confirma la teoría del nacimiento de planetas gigantes gaseosos.
Los astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) estudiaban una estrella joven, llamada “HD 142527”, que se encuentra rodeada por un gigantesco disco de gas y de polvo cósmico, los restos de la nube que dio origen a la estrella.
Un espacio vacío divide el disco en dos partes, una interna y otra externa. El disco interior se extiende desde la estrella hasta el equivalente a la órbita de Saturno en nuestro sistema solar, mientras que el disco externo comienza unas 14 veces más lejos.
De acuerdo con los especialistas, los planetas gigantes crecen al absorber el gas del disco exterior a través de corrientes que forman puentes a lo largo de la división en el disco.
“Los astrónomos habían hablado sobre la existencia de estas corrientes, pero es la primera vez que hemos podido verlas directamente”, dijo en un comunicado Simon Casassus, de la Universidad de Chile, quien dirigió este estudio publicado en la revista Nature.
Casassus y su equipo utilizaron las ondas submilimétricas de ALMA para observar de cerca el gas y el polvo cósmico alrededor de la estrella, y descubrieron dos corrientes de gas densas que circulan desde el disco exterior hacia el disco interior.
“Creemos que hay un planeta gigante oculto dentro, y que es la causa de estas dos corrientes. Los planetas crecen al absorber el gas del disco externo, pero dejan escapar otra gran cantidad de gas: el resto de gas desborda y alimenta el disco interno alrededor de la estrella”, explicó Sebastián Pérez, miembro del equipo.
Sin embargo, sigue siendo imposible observar directamente la formación de planetas, profundamente ocultos por estos flujos de gas casi completamente opacos. AFP