Opositores y afines a Hugo Chávez seguían hoy en Venezuela a la expectativa sobre la suerte de su gobernante, hospitalizado en Cuba tras una nueva operación por el cáncer, aunque sin apartarse de la controversia que mantienen ambos bandos.
En las plazas Francia, situada en una zona del acomodado este de Caracas, y Bolívar, en el centro capitalino y considerada el corazón del chavismo, la salud del líder de la revolución bolivariana es tema cotidiano, mientras unos y otros siguen a la espera de los informes que desde el Gobierno se difunden con regularidad.
“Quiero que esto ya se acabe. No deseo que muera. Como cristiano no puedo tener ese deseo, pero si el creador le va a dar su muerte, que sea en Cuba, porque aquí culparán a la oposición y habrá una desgracia”, dijo a Efe Claudio Cumanés, un jubilado que se encontraba junto a la imagen de Virgen que adorna la Plaza Francia.
Consideró, sin embargo, que “si Chávez debe quedarse en Cuba a terminar de curarse, que se quede allá mucho tiempo y que vuelva sano y cambiado”.
“Nuestro presidente ya salió bien de su mal. Ya (el vicepresidente Nicolás) Maduro dijo que el hombre le dio la mano y que se la dio fuerte. Lo tendremos aquí en cualquier momento”, vaticinó Fernando Romero, que dijo ser de “un colectivo revolucionario” y se encontraba en el popular centro de Caracas.
Se refirió así a una entrevista que Maduro dio ayer al canal interestatal Telesur y en la que relató que el gobernante, de 58 años, le había apretado la mano con “una fuerza gigantesca” al responder a un saludo durante una conversación que sostuvieron en La Habana.
“Él vendrá a recibir su broma (cargo) aquí en el Congreso, aunque sea en camilla”, apuntó, por su parte, Carlos Núñez, quien también se identificó como “activista de la revolución”, al aludir al próximo 10 de enero, cuando el jefe de Estado deberá jurar para el periodo 2013-2019 tras su reelección, el pasado 7 de octubre.
“Será una sorpresa muy buena para quienes creen que Chávez ya se acabó. ¡Vamos a tenerlo aquí el 10 de enero y se quedará hasta el dos mil siempre!”, exclamó junto a ellos Eduardo Bernal.
Mientras que para Mary Beltrán, una ingeniera jubilada asidua a la Plaza Francia, también conocida como Altamira, la creencia de un Chávez curado y de regreso en el poder no es otra cosa que “idolatrías de mentes confusas”.
“Que Dios le perdone (a Chávez) todas las cosas que hizo mal, pero lo que haces en esta vida, la vida te lo cobra”, advirtió.
Allí mismo, el arquitecto Juan Salabaguer expresó sus dudas sobre si es real el cáncer que le fue diagnosticado a Chávez a mediados de 2011.
“Nunca he creído que esté enfermo”, afirmó tajante, y no descartó que sea “una gran comedia” para ganar votos.
También convencido de que “el desenlace está a la vista”, el profesor universitario Jesús Rodríguez manifestó que, “muy a pesar nuestro”, Maduro “continuará en el poder”.
“Siempre he querido que la oposición alcance el poder, pero no a través de un evento fatídico, sino por vía electoral, pero Maduro tiene ahí grandes posibilidades”, sostuvo, en alusión al pedido que hizo Chávez antes de viajar a Cuba de que votaran por su vicepresidente en caso de que su salud le impidiera continuar en el poder y se debieran convocar nuevas elecciones.
Cerca de la estatua de Bolívar, en el centro caraqueño, dos ancianos, la colombiana Sara Lola Palacios y un peruano que prefiere ser identificado como “Don Luis”, manifestaron que “solo Dios sabe”.
“Él y nadie más. Solo Dios sabe cuándo Chávez se va y cuándo se queda. Todavía no, creo yo, porque tiene muchas cosas que hacer todavía”, apuntó la mujer. EFE