“Aquí puede ser que veas calma, pero detrás de esto hay pueblo. Que la derecha no se equivoque”, nos advirtió Noel Márquez, un aguerrido chavista del popular barrio de San Agustín.
La víspera de la gran marcha de este jueves para respaldar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el día de su “no juramentación”, Márquez acompañó a BBC Mundo por uno de los bastiones del oficialismo, donde el ambiente no era de gran movimiento.
“Ya estamos preparados, no estamos imprimiendo camisetas a última hora porque llevamos 14 años listos. Uno no espera a que se le llene el cuarto de agua para aprender a nadar”, comentó.
En las callejuelas de San Agustín, entre las coloridas y desordenadas fachadas de este típico barrio de Caracas, Márquez no paraba de saludar a “camaradas”; es como una celebridad, es el director del conocido grupo Madera.
Aprovechaba cada encuentro más o menos fortuito para presentar activistas y beneficiarios de las políticas sociales del mandatario, las misiones. “Nos vemos en la marcha”, espetaba. “Por supuesto, pa’lante comandante”, le respondían.
También presumió del Metrocable, un sistema de teleféricos que escala las colinas sobre las que se construyó el barrio con un urbanismo caótico. “Antes esa señora, con la pierna mala, estaba condenada a no bajar a la ciudad”, dijo.
Efectivamente, en San Agustín da la impresión de que todos tienen algo en común, su devoción por el presidente. “La marcha va a ser una demostración de fuerza. La derecha va a ver que Chávez es el pueblo”, aseguró.
“Vamos a darle al mundo un mensaje de tranquilidad y armonía. Vamos a demostrar que somos un pueblo de paz que lucha por la justicia social”, recaló al referirse al significado de la marcha.
“Este es un proceso irreversible y el mundo tiene que respetarlo”.
No juramentación
Sin más misterios, el presidente Chávez no asiste este jueves a lo que debía ser su toma de posesión, pero miles de chavistas sí y coreando el mismo lema de la campaña para las elecciones de octubre: “Uh, ah, Chávez no se va”.
Lo que podía ser un traspié político –la primera vez que algo parecido pasa en la historia del país–, los chavistas quieren aprovecharlo para hacer una demostración de fuerza, “rodilla en tierra con el comandante”.
Avalados por su control de la Asamblea Nacional y lo que la oposición considera un Tribunal Supremo cooptado, los seguidores de Chávez en la calle envían un mensaje a los opositores: pase lo que pase con el mandatario, no piensan dar un paso atrás en su proyecto político.
Así, los chavistas salen a la calle para “defender la Constitución”. Según ellos, que a partir de este jueves el gobierno sigue en funciones con el vicepresidente Nicolás Maduro a la cabeza por el principio de “continuidad administrativa”.
Ni hablar de que se encargue temporalmente de la jefatura del Estado el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, como pretendía la oposición, que apostaba por la declaración de la “falta temporal”.
“Es una decisión inconstitucional que no sigue los pasos exigidos por la Constitución para garantizar la gobernabilidad”, le dijo a BBC Mundo el constitucionalista José Vicente Haro, quien fue asesor de la oposición durante la elaboración de la Carta Magna en 1999.
Según Haro, a partir del 10 de enero, “el gobierno está deslegitimado democráticamente, constitucionalmente y políticamente”. “Para que el vicepresidente y los ministros puedan seguir en el cargo es preciso el nombramiento explícito del presidente electo y juramentado”, afirmó.
¿División?
En ese análisis coincide Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, quien tampoco pone en duda la legitimidad de Chávez a pesar de que no llegue a tomar posesión para el nuevo periodo.
“Deja de ser el presidente en ejercicio y se convierte en un presidente electo no juramentado. No en el ejercicio del poder, tiene que venir y alguien tiene que suplirlo”, le dijo León a BBC Mundo.
“Ningún candidato es tan fuerte como Chávez. Para ganar una elección a futuro necesita el endoso de Chávez”, añadió.
No en vano, tanto en las modernas oficinas de León en una de las zonas más acomodadas de Caracas, como en el popular y modesto San Agustín.
“Todos estamos unidos con el comandante y el comandante no se ha ido, y mientras no se vaya, nada de hablar de unos y otros”, le dijo a BBC Mundo Vicente Sequera, coordinador del gabinete del Centro Cultural Alameda de San Agustín.
Cuando se le pregunta a Márquez sobre los problemas que vive Venezuela después de 14 años de Chávez en el poder, la respuesta es una repetición de los argumentos del gobierno, sobre todo, que antes era peor.
“Cuando más posibilidades de diálogo ha habido en Venezuela ha sido ahora. Antes los pobres no éramos tenidos en cuenta para nada, bala y cárcel para nosotros”, dijo.
Sin embargo, sí reconoce que la inseguridad es un problema de los venezolanos, aunque insiste en que el mandatario ha hecho mucho para mitigarla.