www.jcsosa.com / @jcsosazpurua
En aquel edificio y en ese; mira y las verás en las azoteas. Como se parecen a las que usa la telefonía celular, la gente no lo sabrá. ¿Viste Gremlins? ¿Te acuerdas de la escena del bicho que meten en el horno y al rato estallaba? Bien, ese es el poder de las microondas, nadie las ve, tampoco se sienten, pero su fuerza es inmensa; son capaces de reventar tímpanos, cocinar un pollo, fraccionar en mil pedazos las moléculas de un ser vivo; hacer que pierdas la conciencia, provocarte un ACV y, el premio mayor, manipular las ondas eléctricas de tu cerebro para modificarte la forma de pensar sin que te des cuenta. Imperceptiblemente, estas ondas se cuelan en tu organismo y te provocan cambios existenciales que jamás imaginarás que suceden por factores ajenos a ti. Es una violación a lo más íntimo, cambia tu alma y pueden transformarte en paria. ¿Recuerdas el MKUltra? Con drogas y mensajes subliminales se modificaba la personalidad del sujeto, listo para obedecer cualquier orden, bastaba una sugestión, alguna señal, para que la víctima respondiera en el acto. El “Candidato de Manchuria” fue el resultado de estos experimentos y muchos Manchurianos fueron distribuidos por el mundo para cumplir misiones secretas que giraban los destinos de ciertas naciones. Con las antenas todo se facilita. Los gringos han usado esta técnica en Medio Oriente. Hace poco, un batallón completo de iraquíes fue encontrado en estado catatónico, neutralizado por las microondas. Y no quieren que te enteres. Discovery Channel hizo un documental que a los pocos días fue sacado del aire y prohibido. Es un arma letal, le llaman la “guerra de cuarta generación”. ¿Y por qué me cuentas esto? Mira a tu alrededor. Pasan cosas graves, muy serias; se viola lo más sagrado. ¿Y cuál es la reacción de la gente?
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