El presidente egipcio declaró estado de emergencia y estableció un toque de queda en tres provincias del Canal de Suez azotadas el fin de semana por revueltas que dejaron más de 50 muertos, recurriendo a una táctica utilizada por el anterior régimen para controlar el descontento causado por las políticas islamistas y el lento ritmo del cambio político.
Visiblemente enojado y casi a gritos, Mohamed Morsi prometió en un discurso televisado del domingo por la noche que no dudaría en, incluso, realizar más acciones para finiquitar el más reciente brote de violencia en todo el país. Pero al mismo tiempo, buscó asegurar a los egipcios que sus más recientes acciones no devolverá al país al autoritarismo.
“No abandonaremos la libertad, la democracia y la supremacía de la ley”, aseveró.
La ciudad costera de Puerto Said, unos 225 kilómetros (140 millas) al noreste de la capital, fue escenario de la peor violencia desde la deposición de Hosni Mubarak hace dos años. El domingo se reanudaron los enfrentamientos y otras siete personas perdieron la vida, elevando el número de muertos en la ciudad a causa de la violencia a 44 personas.
El desasosiego fue desatado el sábado por la condena a muerte de 21 personas involucradas en un disturbio fatal en el principal estadio deportivo de la ciudad el 1 de febrero del año pasado que dejó 74 muertos.
La mayoría de los sentenciados a muerte eran aficionados locales al fútbol, lo que profundizó la sensación de persecución que los residentes de Puerto Said han sentido desde la tragedia, el peor evento de violencia debido al fútbol en la historia de Egipto.
Al menos 11 personas murieron el viernes en todo el país durante las manifestaciones que se produjeron dentro del marco del segundo aniversario del levantamiento en contra de Mubarak. Los manifestantes aprovecharon la ocasión para abandonar a Morsi y a su grupo islamista, la Hermandad Musulmana, que surgió como la fuerza política más dominante del país luego de la deposición de Mubarak.
El toque de queda y el estado de emergencia, que serán efectivos por 30 días, afectan las provincias de Puerto Said, Ismailiya y Suez. El toque de queda entra en efecto el lunes a partir de las 9 de la noche a las 6 de la mañana todos los días.
Morsi, en el poder desde junio, también invitó a las fuerzas políticas del país a dialogar a partir del lunes para resolver la más reciente crisis política en Egipto. Un comunicado emitido posteriormente decía que entre los invitados estaba el mayor líder reformista y Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, el otrora jefe de la Liga Arabe Amr Mussa y Hamdeen Sabahi, político de izquierda que finalizó tercero en las elecciones presidenciales del año pasado.
La crisis actual ha sido más violenta que el último brote de agitación registrado en noviembre (en el cual murieron 10 personas), expuso fisuras peligrosas y es indicio que más problemas podrían yacer adelante para el país, que atraviesa enormes dificultades ante el agravamiento de la crisis económica. AP