El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, instó hoy a los egipcios a que dirijan sus esfuerzos a “construir el país” y salir de la crisis económica, en vez de manifestarse, después de más de una semana de disturbios.
“Con el objetivo de cumplir con las demandas de la revolución, tenemos que terminar con las consignas y empezar a centrarnos en el trabajo real”, dijo en una rueda de prensa en la sede del Gobierno.
Qandil pidió a los egipcios que “dejen de protestar”, ignoren a los medios de comunicación y se pongan a trabajar, porque las cuestiones económicas deben abordarse “con urgencia”.
En este sentido, el primer ministro afirmó que todos los sectores de la economía sufren problemas estructurales que deben tratarse de inmediato y que hay que abordar la situación económica del país antes de que llegue a niveles catastróficos.
“Tenemos que trabajar juntos para salvaguardar la economía y esto requiere un esfuerzo honesto por parte de todos los sectores de la sociedad”, subrayó Qandil.
Por ello, hizo un llamamiento a las distintas fuerzas políticas para que superen sus diferencias ideológicas y trabajen juntas por el interés del país.
Egipto, cuya principal fuente de ingresos es el turismo, atraviesa una complicada crisis económica desde la revolución que derrocó al régimen de Hosni Mubarak en febrero de 2011, que se ha visto agravada por la continua inestabilidad política y los conatos de violencia vividos durante la transición.
Las autoridades egipcias mantienen conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un préstamo de 4.800 millones, mientras que el valor de la libra egipcia ha caído a mínimos históricos respecto al dólar.
Desde el pasado 25 de enero, cuando se conmemoró el segundo aniversario de la revolución egipcia, más de medio centenar de personas han muerto y más de mil han resultado heridas en choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes contrarios al presidente Mohamed Mursi. EFE