Su uso para difundir mensajes políticos e ideológicos, rebatir informaciones o “crear noticias” se propaga a la par del crecimiento de la audiencia de Facebook y Twitter, reseña Infobae.
Basta ingresar en una noticia que cuestione al chavismo venezolano, y se podrá ver que una parte de los comentarios que genera serán duros ataques hacia el medio que lo publicó, acusándolo de “imperialista” o agente de la derecha.
Esos comentarios llegan a través de perfiles muy activos en las redes sociales, que comentan en varios medios. Venezuela cuenta con un ‘ejército’ de tuiteros que hablan de las maravillas del chavismo, la revolución, el socialismo del siglo XXI y despotrican contra un enemigo nuevo cada día.
En las últimas horas ha sido el ex presidente español Felipe González. Un gobernador regional lo acusó de estar detrás de la falsa foto de Hugo Chávez que publicó El País; de inmediato, el aparato de propaga la información en las redes sociales lo motorizó y a su vez, los simpatizantes de Chávez lo expandieron con más fuerza.
Un interesante artículo de El País repasa las fórmulas que regímentes como el sirio, el iraní o China, entre otros casos, controlan la comunicación que se propaga en las redes sociales.
Siria cuenta con el Syrian Electronic Army, un ejército que opera en la web y difunde mensajes a favor de Bashar Al Assad, así como hackea páginas de los sectores rebeldes, de tal manera que se conviertan en inaccesibles.
Según explica Jillian C. York, directora del Instituto por la Libertad de Expresión Internacional en la Electronic Frontier Foundation, la estrategia de Siria, “a diferencia de Ben Ali o Mubarak, ha mantenido una cierta libertad para colgar mensajes, pero se ha encargado de que el oficial también sea difundido por sus propios hackers”, según publica El País.
La estrategia es bastante lógica cuando se recuerda el impacto que las redes sociales tuvieron durante la primavera árabe. A pesar de los controles sobre los medios en aquel momento, miles de personas se congregaban autoconvocados a la velocidad de Twitter.
El surgimiento del movimiento Indignados en España, tuvo un slogan potente durante los días de protestas masivas frente a la Puerta del Sol: ¡Democracia real ya! Algunos jóvenes despertaron a una actividad política que nunca antes habían experimentado.
Twitter es un espacio infinito de difusión de mensajes. Así como los medios de comunicación publicamos noticias y enlaces a nuestros contenidos, gobiernos, agrupaciones políticas juveniles, empresas, organizaciones no gubernamentales propagan sus propias informaciones y mensajes.
El tráfico de las redes sociales en América Latina ubica a Facebook en el primer lugar, en algunos países por encima del siempre líder Google. Twitter tiene una audiencia supera a los medios de información líderes.
Esta realidad convierte a las redes en un gran espacio de “democracia extrema”, como lo define Cristian Lumezanu, del Departamento de Investigaciones de Informática de la Universidad de Princeton. “Cada persona es su propio editor, y cualquiera puede decir lo que quiera, sin límite ni censura. Es libertad de expresión”, dice en El País.com.
Junto a las redes sociales, los blogs también adoptaron un protagonismo relevante. En Argentina, un duro enfrentamiento entre el campo y el gobierno durante 2008 impulsó la creación de un ‘ejército ciber K’ que consistía en la proliferación de blogueros que escribían a favor del gobierno y con fuertes cuestionamientos a la oposición. “La militancia” se potenció en las redes sociales, de la mano de estos blogueros y community managers que tuiteaban mensajes en contra de los activistas del campo, el grupo Clarín y la oposición.
“Las redes sociales se integran cada vez más en nuestra cultura y la gente se está acostumbrando a utilizarlas como fuentes de información. Es muy importante que se sepa distinguir de dónde viene esta información”, explica Nick Feamster, quien dirigió un estudio de la Universidad Tecnológica de Georgia sobre redes sociales.
Cómo detectar a un propagandista en las redes
Los activistas que propagan mensajes en las redes sociales se pueden identificar. El estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Georgia revela cuatro características.
1- Envía una gran cantidad de tuits en periodos cortos.
2- Retuitea contenido ajeno.
3- Comparte velozmente el contenido de otros.
4- Coordina con otros usuarios la proliferación de ciertos mensajes.
Adicionalmente se pueden detectar otros detalles como que cuentan con pocos followers (seguidores), evitan la difusión de contenido personal, siguen a perfiles similares.
Las redes sociales han dotado de mayor transparencia la comunicación, han puesto en pie de igualdad el perfil de una gran empresa al de un ciudadano común, pero los usuarios de las redes debemos prestar atención a los mensajes y los mensajeros.
Publicar información falsa puede ser muy costoso, porque un tuit errado dispara la denuncia de otros usuarios que descubren la mentira, el fallo o el mensaje intencionado.