Benedicto XVI afirmó este miércoles, durante su primera aparición pública tras el inesperado anuncio de su renuncia, que deja de ser Papa “por el bien de la Iglesia”, reseña Afp.
Conmovido y con rostro cansado, ante unos 3.500 fieles del mundo entero congregados en la sala Pablo VI del Vaticano, Benedicto XVI habló de su histórica renuncia al trono de Pedro.
“He renunciado con plena libertad por el bien de la Iglesia”.
Acogido por una muchedumbre entusiasta que lo ovacionó gritando su nombre y batiendo palmas, el papa alemán, de 85 años, parecía cansado.
“He orado mucho” y “examinado ante Dios mi conciencia, consciente de la gravedad de tal gesto”, dijo.
Acogido con los gritos de “¡Benedetto!, ¡Benedetto!”, el pontífice agradeció el caluroso recibimiento: “Doy gracias a todos por vuestro amor y vuestras oraciones”, dijo.
El pasado lunes, con un anuncio inédito en la historia de la Iglesia moderna, Benedicto XVI renunció a partir del 28 de febrero al pontificado invocando razones de salud y edad. A partir de esa fecha se iniciará el proceso para la elección de su sucesor.
El Papa reconoció que no tiene “las fuerzas necesarias” para gobernar la Iglesia y que su energía ha disminuido durante los últimos meses.
La agencia Efe reseñó que Benedicto XVI aseguró que ha renunciado al papado “en plena libertad por el bien de la Iglesia”.
El papa hizo esta afirmación al comienzo de la audiencia pública de los miércoles, en su primera aparición pública tras anunciar que renunciará al papado el 28 de febrero, debido a su avanzada edad y ya le faltan las fuerzas.
“Queridos hermanos y hermanas, como saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me confió el 19 de abril 2005. Lo he hecho en plena libertad para el bien de la Iglesia, después de haber orado largamente y tras examinar mi conciencia delante de Dios”, dijo el papa ante unos diez mil fieles que abarrotan el Aula Pablo VI del Vaticano.
El papa Ratzinger agregó que es “consciente de la importancia del hecho, pero también consciente de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiera”.
“Me apoya y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, el cual nunca le hará faltar su guía y su cuidado. Gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. Continúen orando por el Papa y por la Iglesia”, concluyó.
Los miles de presentes le respondieron con una gran ovación, aún mayor que la que le dedicaron a su llegada al Aula Pablo VI para la tradicional audiencia de los miércoles.
El Pontífice entró en sala a las 10.44 horas local (09.44 gmt), mientras los fieles en pie, aplaudieron, le expresaron frases de cariño y ondearon banderas de diferentes países.
Benedicto XVI entró sólo, acompañado a varios metros de distancia de su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein.
Sonriendo, el obispo de Roma respondió con las manos a los afectos de los presentes, mientras sonaba música religiosa.
Inmediatamente después leyó el breve texto y comenzó la audiencia, cuya catequesis dedica a la Cuaresma, que comienza hoy.
Concluida la catequesis, los presentes aplaudieron durante varios minutos al Pontífice, a quien se le vio sonreír.
Observadores vaticanos aseguraron que ha sido una de las mayores ovaciones al papa en los últimos meses.
“Gracias santidad”, aparecía escrito en una de las muchas pancartas llevadas por los fieles.
Respecto a la catequesis, el papa dijo que la Cuaresma es un tiempo de conversión e invitó a los fieles a renovar ese compromiso de conversión, “dejando espacio a Dios, aprendiendo a mirar con sus ojos la realidad de cada día”.
EFE
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