Los últimos dos acusados de ayudar al financista R. Allen Stanford a estafar a inversionistas con más de 7.000 millones de dólares en uno de los esquemas piramidales más grandes de Estados Unidos fueron sentenciados el jueves a 20 años de prisión cada uno.
Los abogados de Gilbert Lopez Jr., ex jefe de finanzas en una de las empresas de Stanford, y Mark Kuhrt, ex contralor mundial de otra compañía, pidieron condenas menos severas al argumentar que sus clientes no eran tan culpables como otros ex ejecutivos que recibieron penas significativamente menores.
Jack Zimmermann, abogado de López, dijo al juez federal de distrito David Hittner que su cliente estaba “bajo la cadena” del imperio empresarial de Stanford y “no tenía autoridad para tomar decisiones en ninguna de las cosas que dieron forma a este fraude”.
Richard Kuniansky, abogado de Kuhrt, declaró que su cliente creía que Stanford pedía préstamos legítimos a los inversionistas y que iba a devolver el dinero.
En su juicio el año pasado, López y Kuhrt fueron encontrados culpables de asociación ilícita para cometer fraude por medios electrónicos y de nueve cargos más derivados de este delito. Hittner sentenció a cada acusado a 20 años de cárcel. El juez también multó a López con 25.000 dólares y condonó la sanción económica a Kuhrt.
López, de 70 años, se cubrió el rostro con las manos después de escuchar su sentencia, mientras Kuhrt, de 40, mantuvo la cabeza agachada y los ojos cerrados. Los familiares que estaban en la sala judicial lloraron cuando se anunciaron las sentencias.
Los fiscales dijeron que Stanford, quien llegó a ser multimillonario, persuadió a los inversionistas para que compraran certificados de depósitos de su banco en la nación caribeña de Antigua y luego utilizó ese dinero para financiar una serie de negocios fallidos y su espléndido estilo de vida, que incluía yates, una flota de aviones privados y el patrocinio de torneos de cricket.
Las autoridades informaron que Stanford y otros en sus empresas mintieron a inversionistas de más de 100 países diciéndoles que su dinero estaba seguro invertido en acciones, bonos y otros activos. El grupo financiero de Stanford tenía operaciones en países latinoamericanos, incluidos México, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Jeffrey Goldberg dijo al juez que tanto López como Kuhrt ayudaron a ocultar el masivo fraude engañando a los inversionistas con los reportes y otros documentos de que su dinero estaba seguro en el banco de Stanford.
Goldberg agregó que ninguno de los ex directivos ha expresado remordimiento y consideró que penas largas en prisión enviarán mensajes a otros altos ejecutivos de que se enfrentarán a la ley si realizan operaciones fraudulentas. AP