Lapatilla
Texto: elcomercio.pe
Ha limpiado zapatos y se había acostumbrado a cobrar, siempre, cinco dólares por servicios. Si tenía suerte, un cliente le facilitaba una propina de más, a veces bastante generosa, dinero que guardaba con mucha dedicación, pero no para él, sino para sino para alimentar una costumbre que ahora lo ha vuelto reconocido: donar ese dinero a un hospital de niños.
Se trata de Albert Lexie, un lustrabotas que ha trabajado por 32 años en este oficio en Pittsburgh, Pensilvania y que siempre ha destinado ese pequeño extra que ganaba en las propinas para donárselo al Hospital Infantil de su ciudad. Hasta ahora, ha donado US$200 mil.