El dúo venezolano Chino y Nacho consagraron los ritmos bailables y urbanos, fusionados con toques pop y tropicales, como una de las recetas “supremas” del Festival de Viña del Mar, que este domingo abrió su 54 edición.
Fuencis Rausell/EFE
La inauguración del certamen, que se celebrará hasta el viernes en esa ciudad chilena, a orillas del Océano Pacífico, tuvo acento mexicano, de manos del grupo Maná, que regresaba al escenario de la Quinta Vergara diez años después de su última visita.
Después de un espectáculo humorístico y de la franja destinada a las competencias folclórica e internacional, que dejaron un mejor sabor de boca que en pasadas ediciones del festival, llegó el turno de los protagonistas de “Supremo”, el tercer álbum del dúo venezolano.
A las 2.15 horas (5.15 GMT) y con una cinematográfica puesta en escena, Jesús Miranda y Miguel Mendoza, los hombres que se esconden tras la marca de Chino y Nacho, aterrizaron en el escenario entre luces y bailarines enfundados en trajes de corte futurista.
Ya en su presentación, proyectada sobre las pantallas que resguardaban el escenario, advertían de que habían llegado a “robar al monstruo” de la Quinta, el apelativo con el que se conoce al público del festival, furibundo cuando algo no es de su agrado.
Y lograron su propósito, aunque en esta ocasión el monstruo venía ya algo domado, con más familias que público adolescente, que es el que nutre los clubes de seguidores de la pareja de artistas, que lleva apenas seis años de carrera musical.
Con “Bebé bonita” arrancaron a bailar, y la fiesta siguió con “Tu angelito” y “Dame un besito”, para la que contaron con la colaboración de dos chicas a las que subieron al escenario con el fin de representar en vivo el título de la canción.
Los ritmos reggae llegaron al son de “Lo que no sabes tú”, y en una vuelta a las latitudes tropicales interpretaron “La vida es bella” junto a una cantante conocida como Rebeca.
Entonces echaron mano del que es sin duda el éxito más conocido del grupo, “Mi niña bonita”, con el que consolidaron su carrera en 2010.
Al público se lo terminaron de echar en el bolsillo con “Que viva Chile”, una canción que aseguraron haber compuesto especialmente para el público local, que premió su dedicación con una antorcha de plata y otra de oro, que se conceden por aclamación popular.
Con “El Poeta” y “Regálame un beso” terminó el espectáculo de música, imágenes y coreografías, y Chino y Nacho, en apenas una hora de espectáculo, se despidieron del festival, que este lunes continuará con la bachata de Romeo Santos y el reguetón de Daddy Yankee.
Todo para seguir bailando en un festival que sigue apostando por figuras jóvenes, por letras románticas y por canciones pegadizas para seguir encantando a la audiencia. EFE