Fotos Wilmer González
Jordan Moisés Gascón Susarrey, de 23 años de edad, resultó muerto durante un operativo, ayer en la mañana, de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el sector La Hoyada del barrio 5 de Julio, en San Félix. La acción castrense desencadenó una ola de violencia por parte familiares, amigos y vecinos de la víctima contra una familia del sector.
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La versión de los allegados del fallecido es que varios integrantes de una familia del sector, los Cecotto, dispararon contra la parte baja del barrio y, posteriormente, llamaron a los militares para denunciar que los habían atacado. “Los guardias llegaron arremetiendo contra todos y sacaron a Jordan de su casa y lo ejecutaron con un tiro de FAL. Luego se replegaron hacia la cauchera de los Cecotto”, contó una vecina.
Enardecidos por lo ocurrido, un grupo de aproximadamente 50 personas tomó la justicia por sus propias manos y atacaron tres casas pertenecientes a la familia en cuestión. Primero las atacaron a pedradas y posteriormente les lanzaron bombas molotov para incendiarlas. Mientras ardían, dos de las casas fueron saqueadas. También fue quemado un carro estacionado en la entrada de una de las viviendas.
“Ellos cuando toman y huelen perico se vuelven locos y empiezan a disparar contra el barrio. Nadie puede pasar frente a sus casas porque amenazan y golpean. El jueves cayeron a golpes a un muchacho de acá abajo y luego llegaron disparando con una escopeta. Lo hacen porque están amparados por los policías y guardias a los que le acomodan los cauchos de las patrullas y motos”, denunció Ramona Susarrey, madre de Jordan.
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La contraparte
Tras presenciar cómo las llamas consumían sus posesiones, la familia conocida como los Cecotto decidió recoger las pocas cosas que le quedaron, subirlas a un camión y abandonar el barrio en el que vivieron los últimos 14 años. “Esos que quemaron nuestras casas son los malandros”, dijo Édgar Sánchez, conocido como Jhonny Cecotto por su afición a las motos, mientras subía la maquinaria de su cauchera a un camión.
Su hijo, Gilberto Sánchez, explicó que el problema comenzó hace dos meses, cuando su familia comenzó a auxiliar a las víctimas de atracos cometidos por delincuentes que viven en el sector La Hoyada. “Eso era a diario… robaban a mujeres con niños, a hombres, a adolescentes y nosotros ayudábamos a la gente en sus crisis de nervios”, relató el muchacho mientras ayudaba en las labores de mudanza.
Reveló que en las tres casas vivían 17 personas, 10 de ellos menores de edad, y que a las 8:00 de la mañana de este domingo la familia fue atacada a tiros y por ello pidieron ayuda a la GNB y a funcionarios de las Policías estadal y municipal que transitaban por la avenida Gumilla. “No fue mucho lo que hicieron, porque las casas las quemaron en sus caras y no pudieron hacer nada”, lamentó.
“¿Ahora a dónde me voy con mis cuatro hijos? Lo que quemaron, mi casa y mi carro, es todo lo que tengo. ¿A dónde acudo para pedir justicia? ¿Por qué tengo que abandonar el sitio donde me crié?”, preguntó Gilberto mientras un humo negro y espeso arropaba al resto de su familia, que cargaban sus pocas posesiones para escapar de la sed de venganza de sus vecinos.
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