Cerca de nueve millones de niños y adolescentes trabajan en América Latina, con los casos más graves en Brasil, Perú, México y Colombia, en ese orden, informó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Brasil tiene el número más grande de niños que trabajan en América Latina, seguido por Perú, creo que México le sigue, y en cuarta posición estaría Colombia, sin dejar de mencionar a Haití”, señaló hoy a Efe la directora adjunta de la OIT para la zona andina, la puertorriqueña María Arteta, quien no concretó las cifras.
La representante de la OIT preside hoy y mañana en Bogotá un encuentro continental de promoción de las prácticas para el fortalecimiento de las políticas de prevención y erradicación del trabajo infantil en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, EE.UU., México, Panamá, Perú y República Dominicana.
“La OIT viene desarrollando un proyecto de cooperación técnica en Colombia con el apoyo del Ministerio de Trabajo y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), para traer representantes de otros países con los que se pueda profundizar y redoblar esfuerzos contra el trabajo infantil”, aseguró la funcionaria.
Arteta reconoció que en América Latina y el Caribe se ha desarrollado un buen trabajo en esta materia, pero advirtió que aún falta mucho.
“América Latina ha hecho mucho contra el trabajo infantil, pero no podemos caer en la complacencia, porque queda mucho por hacer, estimamos que hay nueve millones de niñas, niños y adolescentes que están trabajando, y estos trabajos deben ser abolidos”, aseguró.
Y destacó a República Dominicana como un gran ejemplo a seguir por la manera como los municipios se organizan para crear una red de protección a nivel municipal.
“Estamos convencidos desde la OIT que ya América Latina sabe cómo hacerlo pero tienen que aprender los unos de los otros y tenemos que llevarlos a una escala mucho más grande”, dijo.
De igual manera, recalcó la importancia de poner en práctica programas como “la bolsa familiar” que identifica al niño, ayuda a la familia económicamente y, sobre todo, busca que vuelvan a estudiar.
“Es muy importante que el niño regrese a la escuela si la ha dejado, y este es un reto muy grande especialmente entre los adolescentes que necesitan programas especiales, hay ejemplos de ello en Brasil”, añadió.
La representante de la OIT reconoció también que países como Bolivia y Perú tienen una gran población infantil trabajadora debido a la presencia de comunidades indígenas, y les recomendó “trabajar desde la cultura, porque algunas creen que ir a la escuela es dejar su propia cultura”.
Por su parte, el director del ICBF, Diego Molano, quien representó a Colombia junto al ministro de Trabajo, Rafael Pardo, confirmó que en su país trabajan 1,7 millones de niños.
“Esa es una cifra preocupante, por lo que nuestra prioridad con el Gobierno es la prevención del trabajo infantil, pero sobre todo de las peores formas de trabajo infantil, y estamos hablando del reclutamiento forzado ilegal, de la explotación sexual y de la minería”, aseguró Molano.
El funcionario reconoció la importancia de observar y aprender de experiencias de otros países la erradicación del trabajo infantil.
“Tenemos un reto muy grande a nivel infantil, y nos interesa conocer mucho las experiencias que vienen desarrollándose en grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, en donde el niño trabajador, el niño de la calle se ha convertido en una prioridad con unos esfuerzos muy importantes”, dijo. EFE