Con sus cascos emplumados y uniformes a rayas, los guardias suizos son una de las tradiciones más queridas del Vaticano. Los guardaespaldas desempeñarán un papel central el jueves en la histórica renuncia del papa al permanecer en guardia cuando el pontífice llegue en helicóptero a su residencia veraniega en sus últimas horas en el puesto. Más tarde se retirarán francos, uno de los pocos indicios visibles de que Benedicto XVI ya no es papa. A continuación presentamos un vistazo a la Guardia Suiza y su colorida historia:
ORIGENES:
El cuerpo militar, que algunos historiadores consideran el ejército permanente más antiguo en funciones en el mundo, fue fundado por el papa Julio II en 1506. Según la tradición, se sintió tan impresionado por la valentía de los mercenarios suizos que les pidió defender el Vaticano. Desde entonces, Suiza ha suministrado soldados a la Santa Sede durante más de 500 años. Los guardias suizos juran dar su vida para proteger al pontífice y ya lo han hecho en el pasado. En 1527 murieron 147 de ellos mientras protegían al papa Clemente VII cuando éste huyó para ponerse a salvo mientras las tropas del emperador Carlos V saqueaban Roma.
LOS GUARDIAS Y BENEDICTO XVI:
La Guardia Suiza desempeñará un papel central cuando Benedicto XVI, luego de un plan minuciosamente coreografiado, se convierta en el primer papa que renuncia en 600 años. El pontífice se reunirá con los cardenales el jueves por la mañana para luego volar en helicóptero a la residencia papal de Castel Gandolfo al sur de Roma. Allí, a las 8 de la noche en punto, se cerrarán las puertas del palacio y los guardias suizos quedarán francos al haber terminado su labor de proteger al líder de la Iglesia católica, al menos hasta que sea elegido un nuevo papa. A partir de ese momento la protección de Benedicto XVI será responsabilidad de la policía del Vaticano. “Estamos cerrando la puerta en forma muy simbólica para el fin del pontificado”, dijo Urs Breitenmoser, cabo de la Guardia Suiza.
RECLUTAMIENTO:
Los reclutas deben ser varones católicos de entre 19 y 30 años que hayan completado su servicio militar obligatorio suizo y firman un contrato por dos años como mínimo. En la actualidad la fuerza tiene 110 elementos. Los guardias ingresan a sus filas en una compleja ceremonia de juramentación en el palacio apostólico del Vaticano. Cada guardia nuevo toma la bandera del cuerpo militar, eleva tres dedos que simbolizan el Espíritu Santo y jura que cumplirá el cometido de la Guardia Suiza de proteger al papa y sus sucesores. La ceremonia se lleva a cabo cada 6 de mayo para conmemorar el Saqueo de Roma.
DEBERES:
La fuerza proporciona su presencia en ceremonias, apoya en las funciones del Vaticano y tiene una función real de proteger al papa. Los guardias, armados con alabardas, se encuentran por todas partes de la Santa Sede y son uno de los atractivos favoritos de los turistas, que gustan fotografiarlos. En los últimos siglos no han desempeñado labores militares, pero varios guardias suizos vestidos de civil viajan en el avión del pontífice durante sus viajes por el mundo para proporcionarle seguridad. Después del intento de asesinato de Juan Pablo II en 1981, el Vaticano incrementó el entrenamiento de los guardias, lo cual incluyó instrucción en combate cuerpo a cuerpo y el manejo de armas cortas.
TRAJE COLORIDO:
El actual uniforme estilo renacentista con rayas azules, rojas, naranjas y amarillas fue diseñado a principios del siglo XX por el comandante Jules Repond, que se inspiró en los frescos de Rafael para elegir los colores. En las labores ordinarias portan una boina negra, mientras que los cascos de plumas rojas se utilizan en ocasiones especiales como las visitas oficiales, las ceremonias de juramentación… y, desde luego, en el retiro papal.
ESCANDALO:
La leyenda de este cuerpo militar fue manchada en 1998 por los homicidios en un apartamento de la Ciudad del Vaticano del comandante de la guardia y de su esposa. La Santa Sede dijo que un guardia molesto cometió los asesinatos y luego se suicidó. Fueron los primeros homicidios en el Vaticano en 150 años. AP