Los cuernos de rinoceronte y de elefante, así como las aletas de tiburón, son objeto de tráficos de tal magnitud que todas estas especies están amenazadas y ocuparán el primer plano de una reunión internacional que comienza el domingo en Bangkok.
Desde que entró en vigor, en 1975, la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Amenazadas (CITES) puso bajo su protección a unas 35.000 especies de animales y de plantas, ya fuera prohibiendo su comercio internacional o colocándolo bajo un estricto marco de protección.
Los 177 países signatarios, que deben hacer aplicar estas decisiones, se reúnen para discutir los tráficos que cada año están mejor organizados. Y seguramente agregarán algunos nombres a la lista en el momento de conmemorar el 40º aniversario de la convención.
Los rinocerontes y los elefantes ya están muy protegidos y su comercio internacional está prohibido, salvo algunas excepciones. Sin embargo, la caza furtiva llegó a cifras sin precedentes en los últimos años, justificando nuevas medidas.
Al menos 668 rinocerontes, inscritos desde 1977 en el anexo I de la CITES que protege a las especies amenazadas de extinción, fueron masacrados en Sudáfrica en 2012, en comparación con 13 en 2007.
El tráfico de cuernos hacia Asia, donde se les atribuyen numerosas virtudes medicinales, “sigue siendo una de las actividades criminales más organizadas que actualmente enfrenta la CITES”, señaló su secretariado.
Kenia, que quiere combatir esta matanza, propondrá una moratoria a la exportación de cuernos-trofeos de los rinocerontes blancos de Sudáfrica y Suazilandia, que forma parte de las excepciones al embargo internacional.
Sin embargo, esta solución no cuenta con un apoyo unánime.
La cacería de trofeos, fuente de ingresos, “participó en el restablecimiento de la población de rinocerontes” y alentó a las reservas a mantener una importante población, opinó Richard Thomas, portavoz de Traffic, quien preferiría “presionar” a los aficionados a los cuernos, comenzando por Vietnam.
La misma estrategia se aplicaría a los elefantes. Para hacer frente a una “tendencia a la escalada” del tráfico de marfil, la CITES recomienda una prohibición más estricta del comercio internacional.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Traffic van aún más lejos, pues exigen sanciones comerciales contra la República Democrática del Congo, Nigeria y Tailandia, a los que acusan de eludir la ley.
Por lo tanto, el anfitrión de la conferencia estará en el centro de las discusiones. Tailandia, considerada como el centro neurálgico del tráfico de especies protegidas de todo tipo, es criticada fundamentalmente por su autorización del comercio del marfil asiático.
Por lo tanto, el WWF lanzó una petición para prohibir el comercio de todo tipo de marfil en Tailandia. Esta fue presentada el miércoles, acompañada por 500.000 firmas, a la primera ministra Yingluck Shinawatra.
En cuanto a las especies marinas, varios tipos de tiburón estarán en la agenda de la conferencia. Numerosos países piden que sean incluidos en el anexo II de la CITES, que permite regular el comercio para impedir una excesiva explotación.
En la conferencia anterior, en 2010, las propuestas similares de protección de los escualos, cuyas aletas son vendidas a precio de oro en Asia, fracasaron por escaso margen ante un frente de países preocupados por su industria pesquera. AFP