Lo cierto es que este fracaso y la carencia de legitimidad del régimen, no han conducido al dúo Maduro-Diosdado a procurar soluciones sino a ocultar la realidad. Hay una cúpula podrida exhibiendo un poder ilegítimo con prepotencia y suma irresponsabilidad pero nadie se ocupa de gobernar, quienes deberían ofrecer soluciones a los múltiples problemas del país, están dedicados a la politiquería, a montar ollas contra la oposición y manipular a la opinión pública, mintiendo a los venezolanos sobre la salud de Chávez para ganar tiempo y mantenerse en el poder.
Este régimen cínico acusa de delitos contra el erario público a líderes de oposición, a pesar de que no administran recursos del Estado. Es absurdo pero además es inmoral que semejante acusación provenga de quienes se han enriquecido obscenamente asaltando las arcas de la nación, han regalado el dinero de los venezolanos y hasta han financiado campañas en el extranjero. No les importa hacer el ridículo. Hostigar y perseguir a la disidencia tiene la finalidad de ocultar sus propias debilidades y la dramática situación del país.
Lo que quiere el gobierno es que la oposición se dedique a defenderse y no a construir una alternativa. Que nos dediquemos a responder sus tropelías y no a dar respuesta a los venezolanos que sufren en carne propia los rigores de esta honda crisis y cuyas esperanzas se hunde en el pantano de la demagogia.
Y por supuesto que no vamos a dejar de defender a quienes son perseguidos y vilipendiados por este régimen corrupto e inepto pero lo haremos sin abandonar la defensa del país y del ciudadano común, hoy acosado por la realidad y víctima de la indiferencia gubernamental. Sin perder el foco, la oposición debe al mismo tiempo prepararse para un desenlace electoral pero ese será el tema de la próxima entrega.
@richcasanova