Porque si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos, les perdonará sus ofensas” Marcos 11:26
Encontramos en la Biblia que, en el corazón se origina una vida plena y satisfactoria pero que también se puede originar una vida de amargura y frustración, para nuestro bien ordena: “con toda diligencia guarda tu corazón porque de él brotan los manantiales de la vida”.
El alto nivel de confrontación ha dañado el corazón del venezolano. Pero Venezuela tiene que salir adelante y para ello necesitamos un corazón sano. Posiblemente los golpes de la vida lo lesionaron.
Si admitimos que nuestro corazón está enfermo, hagamos nuestras las enseñanzas de Jesús. Dice la Biblia refiriéndose a Él, el Cristo “El espíritu del Señor está sobre mi (…) me ha enviado a sanar a los quebrantados del corazón”. Él puede darle vuelta a nuestro corazón y cambiar aquello que produce tristeza en algo que engendra gozo.
Específicamente para aquellos asuntos que nos producen rabia o deseo de venganza, propone el perdón, como camino para responder a las agresiones.
Él es la acción para que los deseos naturales de venganza y tristeza no afloren sin control. La respuesta de Jesús a sus seguidores, aún a sus verdugos, conlleva un perdón total, dejando lugar a la sabiduría y la justicia divina.
Insistentemente, nos muestra su ejemplo y si decimos ser seguidores de Él, actuemos como Él que es luz. Por ello, nos advierte, “el que dice que está en la luz y aborrece a su hermano está todavía en tinieblas, y si anda en tinieblas no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”.
También dice la Palabra de Dios: “No te alegres cuando caiga tu enemigo; que no se alegre tu corazón cuando el tropiece”. “El que me ama es el que me obedece… …Un mandamiento nuevo os doy, que ameis los unos a los otros”.
Dios habla de amar a otros, aun cuando tengamos sentimientos de antipatía. El amor no busca lo suyo.
Por tanto Venezuela hoy les quiero decir: “¡No más odio, no más rencor, no usemos el odio como instrumento de unificación para conveniencia política, ni la venganza como motivación para el ejercicio de ella!”
Tomemos como acertadas las palabras del ahora, presidente encargado Nicolas Maduro, “estas horas de dolor sirvan de reflexión profunda sobre lo que nuestra Patria ha vivido en las últimas décadas”.
Y sobre ello, seamos sabios al tomar como guía las enseñanzas de la Escritura, sobre el Perdón, apartándonos de la venganza, “No tengas nada que ver, ni te hagas amigo de gente agresiva, para que no imites su conducta y para que tu mismo no te hagas una trampa”.
Venezolano, venezolana, dile hoy a Jesús:
“Acepto el borrón y cuenta nueva, perdona mi indiferencia hacia ti y mi actitud hacia el prójimo. Toma mi corazón y cambia lo que tengas que cambiar. Haz de mi una nueva criatura y guíame con tu espíritu para ser la persona que tu quieres que yo sea.
¡Que Dios bendiga a Venezuela!