Provocador y sin remordimientos, un adolescente estadounidense ha sido condenado a cadena perpetua este martes por matar a tiros a tres compañeros de instituto y herir a otros tres el año pasado en Cleveland (Ohio). Thomas ‘TJ’ Lane, de 18 años, se mostró durante la sesión lleno de desprecio hacia las familias de las víctimas, sonriendo con cara de satisfacción, haciendo gestos obscenos e incluso enseñando una camiseta en la que se podía leer “killer” (“asesino”), igual que el día en el que fue detenido tras entrar a tiros en el instituto y huir de la escena del crimen.
El juez David Fuhry ha condenado a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, destacando su falta de “arrepentimiento”. “Puede reírse todo lo que quiera”, respondió Holly Walczak, madre de un niño que quedó paralizado tras el ataque. “Mi familia va a seguir adelante, usted no”, añadió. Otra madre expresó su deseo de que el inculpado “sufra el resto de su vida” igual que ella iba a sufrir sin pausa por la pérdida de su hijo.
‘TJ’ Lane se había declarado inicialmente no culpable y había argumentado falta de responsabilidad penal por una supuesta enfermedad mental. Pero la víspera del primer aniversario del tiroteo, el pasado 27 de febrero, cambió su declaración.
El día de los hechos, el inculpado acudió armado con una pistola a la cafetería del instituto de Chardon, pequeña localidad a las afueras de Cleveland, y disparó una docena de balas antes de huir de la escena. Un agente de policía había encontrado al joven a un kilómetro de distancia, sentado en una zanja. Preguntado por los motivos del ataque, Lane había respondido únicamente: “No sé”, añadiendo que no conocía a las víctimas.
Como en otros casos similares, el joven asaltante había sido descrito como un “marginal” del que se burlaban sus compañeros y que había publicado mensajes en internet que son ahora interpretados como signos de su paso a la acción. Un psiquiatra había concluido que el adolescente tenía problemas mentales.
El último tiroteo en un centro educativo estadounidense, que se cobró la vida de veinte niños en diciembre en Connecticut, motivó la elaboración de un proyecto de ley sobre el uso de armas de fuego defendido por el presidente Barack Obama.