Ayer la cancha del colegio San Judas Tadeo, en San Francisco, permaneció abarrotada de representantes angustiados. La muerte de Lucas Andrés López, de cuatro años de edad, quien falleció el pasado 3 de marzo a causa de una meningitis bacteriana, alarmó a la comunidad estudiantil y obligó a las autoridades escolares a convocar a una reunión para atender las inquietudes de cada uno. Desde muy temprano las puertas de la institución permanecieron abiertas. Ana Izaguirre, epidemióloga regional, llamó a la calma.
Los representantes denunciaron que las autoridades sanitarias del municipio emitieron el primer parte médico días después de la muerte del pequeño, en el que indicaron que esta se produjo por un streptococcus pneumonie, mejor conocido como neumococo. Los mismos aseguraron que ya se han reportado 20 casos de contagio en la institución y que la directiva no habría tomado las medidas pertinentes para evitar otros hechos lamentables.
La reunión se extendió durante toda la mañana. El ambiente era de tensión y pánico, la mayoría de los padres teme por la muerte de alguno de sus hijos. Geosvana Morán, fue una de las docentes que se rebeló. La prueba a la que sometió a sus tres hijos reflejó la aparición de diferentes bacterias. Sólo el menor presentó neumococo. “Imagínate cómo me puedo sentir yo sólo de pensar que eso puede pasarle a mis tres niños. Y aquí en el colegio no hacen nada”. La joven que trabaja en la institución comentó que el más pequeño ya recibe tratamiento.
Otras de las inquietudes que manifestaron los presentes es la difícil tarea que implica conseguir estas vacunas. “Ya he recorrido todas las farmacias y laboratorios. Quisiera que alguien me diga dónde puedo conseguirlas”, dijo Maritza Prieto, madre de un alumno de primer grado.
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