Las crisis de balanza de pagos y fiscales, especie de crisis mellizas que nunca llegan solas sino en tándem, ha inducido a devaluar para recoger bolívares, pasando por la severa disminución del poder de compra del bolívar –léase inflación- causada por la devaluación, con el objetivo de disminuir el déficit fiscal, es decir, financiarlo con inflación.
Devaluar para financiar el déficit fiscal
La devaluación del mes pasado le da al gobierno unos 4.5% de más bolívares –en relación al PIB- para recomponer en algo el Presupuesto de gastos del gobierno para el 2013, licuando al mismo tiempo el servicio de la colosal deuda interna acumulada en estos años de revolución. Era entonces obvio y así lo hicimos notar hace semanas que la devaluación del 47 % no “cubre” sino parcialmente enorme déficit fiscal del 2013, subestimado en el Presupuesto aprobado en la AN. Y que éste, en medio de un astringente escenario de ingresos petroleros producido por caída de la producción, además por disminución de la contribución fiscal de los barriles exportados, dado que no todo ese petróleo exportado rinde el total de regalía y renta petrolera e impuestos que trae el Presupuesto del 2013, por lo que requerirá en lo sucesivo de un mayor volumen de bolívares, provenientes en adelante de las devaluaciones “sucesivas” explicitas en el sistema de subastas SICAD.
Capriles o Maduro: ¿quién es más costoso?
La situación fiscal-cambiaria-monetaria producto de las dos crisis, la fiscal y la de balanza de pagos, que colapso al control de cambio por escasez de divisas envía la economía a una severa contracción en este ano, y ello independiente quien gane las elecciones el próximo 14 de Abril. Sin embargo, permítaseme este inciso, un triunfo de Capriles, que es lo que deseamos, tendría el chance de reestablecer tanto la confianza como el Estado de Derecho en la economía, eliminado toda esa estructura represiva de controles sobre la economía y restaurar economías y mercados operando en libertad, lo cual junto a la convertibilidad del bolívar -el quid pro quo de la confianza y credibilidad- reestablecería los flujos de divisas para extraer la economía de la contracción a la cual fue enviada por las crisis fiscal y de balanza de pagos y la subsiguiente devaluación de las últimas semanas.
Subastas para devaluar hipócritamente: el dólar petrolero
El SICAD ha sido llamado por el gobierno un régimen complementario a CADIVI, pero que no tiene sentido si el precio del dólar es 6.3 bolívares como en CADVI, era obvio que el gobierno en medio de una severa crisis fiscal buscase un mecanismo cambiario que le diera a PDVSA más bolívares por dólar de lo que le daría la tasa de cambio oficial de 6.3 Bs/$.
Esa magia cambiaria y fiscal la ofrecerá el SICAD en los precios de la subasta, las cuales se alimentaran en mayor grado por dólares PDVSA provenientes de las exportaciones. Lo que PDVSA ha pedido en regalías y producción de petróleo y subsidios en la gasolina, será “recuperado” en las subastas con la devaluación del bolívar.
El régimen fiel a la esencia del comunismo, secretismo, desinformación, propaganda y cobardía pretende devaluar sin devaluar, ignorando que en economía lo que más rápido se trasmite son los precios, tanto en formación como en información. Como devaluar sucesivamente ignorando ese sistema de información sobre precios, y que aun con controles, opera con velocidad. El Ministro de Economía afirmó que en las subastas no había tasas de cambio sino precios de las divisas, en realidad o cinismo o atentado a la inteligencia promedio del colectivo. Las “tasas de cambio” que refleje el SICAD tendrán entonces impacto en los precios –inflación- de manera inmediata.
El régimen de subastas –SICAD- se convertiría en el mecanismo “casi” único, en la medida que los dólares disponibles en el BCV y PDVSA tengan mayores incentivos en las subastas a precios mayores que en CADIVI a 6.3 Bs/dólar.- tratando inútilmente de eludir la extrema correspondencia que en Venezuela existe entre la devaluación, la inflación y la contracción de la economía.
Que es entonces el SICAD?. Como opera ?
- Cuando el BCV alimente las subastas con sus reservas internacionales, la operación es cambiaria con efecto monetario.
- Cuando sean PDVSA y FONDEN quienes alimenten las subastas con divisas off shore la operación no propiamente cambiaria.
- Queda por resolver un problema legal respecto de PDVSA y FONDEN para ofrecer divisas en las subastas; el gobierno define la subasta como transacciones no-cambiarias.
- Sin embargo, la autorización del BCV a PDVSA a abrir cuentas en dólares en la banca nacional trasforma sus operaciones en divisas –las de PDVSA en el SICAD- a operaciones cambiarias y monetarias, por lo que si sus subastas adquieren precios mayores a 6.3, es de facto una devaluación, desde luego inflación
- A todo evento el precio de la subasta ponderara la inflación, el precio mayor en el mercado de divisas ponderara la inflación, de la misma manera que la devaluación produce inflación.
- El objetivo de las subastas no es incrementar la oferta de divisas, sino devaluar por razones fiscales, el recibidor final de esos “nuevos” bolívares es el fisco (gobierno) que los obtiene como “ganancia cambiaria” vía BCV y/o vía PDVSA.
- El concepto de “ganancias cambiarias” acá es un proxy para acomodar el impacto cambiario y monetario explicado arriba.
- Acotamos que la ganancia cambiaria acá es exactamente lo mismo que inflación; es decir, el impuesto inflacionario vendrá ahora desde el SICAD, pero con el transporte, reduciendo el poder de compra del bolívar y con ello disminuyendo el salario real de la gente.
En esas condiciones institucionales, además de PDVSA comportarse como un “proxy” del Banco Central de Venezuela, el objetivo del gobierno fue la estructuración de un régimen cambiario que le diera a PDVSA una tasa de cambio mayor que la oficial de manera de recobrar en bolívares sus pérdidas por caída de exportación y por caída de la renta petrolera; en otras palabras, la creación por mampuesto del DÓLAR PETROLERO.