Lo de algunos delincuentes de poca monta no tiene parangón. He visto atracos y hurtos extraños a lo largo de mi vida. Incluso os he relatado algunos en este blog, como el del ladrón de bancos que entró cubierto de zumo de limón porque creía que así era invisible ante las cámaras de seguridad. Pero lo de nuestro protagonista de hoy supera cualquier cosa que se me pase por la imaginación. Sólo a un iluminado se le puede ocurrir robar una casa armado con una pistola de agua cargada con algo tan destructivo como semen, publica el portal 20minutos.es
Eric Michael Miller, de 21 años, debió pensar que amenazando a los habitantes de la vivienda con esta arma tan ‘letal’, a la par que asquerosa, ninguno de ellos se negaría a pagarle la deuda que le debían por un asunto de drogas. Se equivocó, ya que tuvo la mala suerte de no encontrar a la víctima que buscaba, y en venganza, pagó toda su frustración con la única persona que encontró en una de las habitaciones. El resultado, una cara llena de lo que todos pensáis y una frase lapidaria para marcar territorio: “Ahora estás como el resto de mis prostitutas, todo cubierto de semen“.
Tras esta escena que podría firmar el mismísimo Tarantino (que por cierto este miércoles cumple cincuenta años), Miller y el resto de su banda abandonaron el lugar llevándose algunos objetos de valor que encontraron por la casa. Días después, la policía detuvo al maleante, y tras un juicio rápido, fue condenado a 18 meses de prisión sin fianza por un delito de robo con violencia.