Nueva York celebra hoy diez años sin humo en los bares y restaurantes de la ciudad gracias a una ley pionera que, según su promotor, el alcalde Michael Bloomberg, impulsó una oleada de medidas similares en el resto de Estados Unidos y otros países del mundo.
“Las innovadoras políticas para mejorar la salud pública en Nueva York han sido, y seguirán siendo, un modelo a seguir para el resto del mundo”, dijo hoy Bloomberg en una conferencia de prensa en el bar Old Town, que en su momento se opuso a la normativa por considerar que afectaría a su negocio.
Según el multimillonario alcalde, desde que en 2003 se impidió fumar en bares y restaurantes de la Gran Manzana, otros 500 municipios y 35 estados de Estados Unidos, así como 49 países del mundo, han “seguido los pasos” de esta ciudad aprobando normativas similares.
Bloomberg recordó que el porcentaje de fumadores en Nueva York ha bajado desde el 21,5 % en 2002 hasta el 14,8 % en 2011, la esperanza de vida ha alcanzado un máximo histórico de 80,9 años y el nivel de empleo en los bares y restaurantes se ha incrementado un 48 % durante ese periodo.
“Diez años después, los neoyorquinos fuman menos y viven más, nuestras industrias prosperan y ya nadie quiere el regreso de los bares y restaurantes llenos de humo”, dijo el alcalde, a quien se ha llegado a apodar “niñera Bloomberg” por sus continuas políticas para tratar de mejorar la salud de sus conciudadanos.
La última cruzada contra el tabaco de quien lleva siendo alcalde de la ciudad de los rascacielos desde 2002 busca que las cajetillas estén fuera de la vista de los clientes en tiendas y comercios, excepto cuando un adulto las compre, para evitar que los más jóvenes estén expuestos a esa “mercadotecnia”.
Desde que hace diez años se prohibió fumar en bares y restaurantes, las restricciones se han ido expandiendo hasta abarcar en 2009 a las entradas de edificios y hospitales, y, en 2011, a los parques, playas, plazas públicas y lugares históricos de la ciudad, unas medidas no exentas de controversia.
Bloomberg se encuentra ahora mismo envuelto en una nueva polémica por sus intentos para salvaguardar la salud de los neoyorquinos después de que un juez decidiera paralizar la prohibición de los refrescos gigantes que debía haber entrado en vigor en Nueva York el pasado 12 de marzo. EFE