El exjugador estadounidense del Leeds inglés Robbie Rodgers, que recientemente admitió su homosexualidad, declaró este viernes que la cultura machista del fútbol hace imposible que un jugador gay pueda continuar en este deporte una vez que revela su condición sexual.
“En el fútbol es obviamente imposible salir del armario porque nadie lo ha hecho. Nadie. Es así de loco y triste. Pensé: ‘¿Por qué no dar un paso adelante y así mi familia y yo seremos felices?'”, declaró al diario The Guardian el jugador, de 25 años.
“El fútbol es un deporte fascinante, pero también un deporte brutal (…) Imagina ir a entrenarte cada día y ser el centro de atención. Es de alguna manera un circo que te puede volver loco”, añadió Rodgers.
El exmediocampista de la selección nacional de Estados Unidos y olímpico en 2008 reveló en su blog el pasado 15 de marzo que es homosexual y anunció que se se retiraba del fútbol a los 25 años.
“Estaba temeroso de la reacción de mis compañeros (…) Pese a que sigo siendo la misma persona, ¿iban a actuar de manera diferente hacia mí en el vestuario o en el autobús?”, se preguntó el jugador.
Rodgers lamentó los comentarios homófobos que se pueden escuchar muchas veces en un vestuario de fútbol. Los compañeros “tratan de hacer bromas, de mostrarse como un tipo divertido, pero es brutal”. “Es como volver al colegio”.
Pese a admitir que desconocía qué respuesta iba a obtener de sus compañeros del Leeds cuando admitiese su homosexualidad, Rodgers aseguró que algunos de los comentarios que escuchó en el vestuario le llevaron a abandonar el club de la segunda división inglesa.
“Porque nadie lo había hecho y porque escuché cosas en el vestuario que pensé: ‘Necesito salir de esto, anunciarlo, encontrar la paz, salir de allí’. Por eso nunca imaginé anunciarlo en Leeds”.
Rodgers confiesa que no sabe si volverá a jugar a fútbol, aunque aseguró “ser feliz” con el paso dado.
El estadounidense se convirtió en el segundo jugador del fútbol británico en admitir su homosexualidad, después de que Justin Fashanu lo hiciese en 1990.