Inspirado por la ópera, la salsa y las congas que escuchaba de niño junto a su abuela en El Barrio de Nueva York, un estudiante hispano de Florida llevará su talento alrededor del mundo como parte de una orquesta juvenil.
Wendy Thompson/EFE
Jonathan Collazo, de 18 años, fue elegido para ser parte de la Orquesta Nacional Juvenil (NYO-USA) del prestigioso Instituto de Música Weill, del Carnegie Hall, tras participar en exhaustivas audiciones en Nueva York junto a unos 10.000 jóvenes más de entre 16 y 19 años provenientes de 42 estados.
“Es un gran honor, una experiencia increíble el haber sido seleccionado entre tantos talentos musicales y una oportunidad única de poder presentarme y viajar junto a la orquesta”, dijo a Efe Collazo.
Collazo llevará su talento con los timbales y la percusión, especialmente con su instrumento favorito, la marimba, junto a otros 120 “jóvenes músicos excepcionales”, como los reconoce el Instituto Weill, a cada una de las presentaciones que la joven orquesta hará el próximo julio y que incluirá varias ciudades de Europa.
“Crecí escuchando las óperas de Pavarotti, la música de Mozart, pero también los timbales de Tito Puente, la salsa de la Fania All Star y a Víctor Manuelle”, relata el joven, orgulloso de sus raíces boricuas.
El joven asegura que tiene muy claro a qué se quiere dedicar el resto de su vida: “A tocar música, a ser maestro de música, a enseñar a otros”.
“Es que la música es poderosa, es una parte muy fuerte de nosotros como seres humanos y encuentro que de alguna manera hacer que alguien ría, llore, que sienta algo, aunque no necesariamente lo entienda, es algo inherente a la música y me hace feliz”, agrega.
Nacido en Nueva York, de padres puertorriqueños, Jonathan estudió en las escuelas públicas de Osceola, un condado de mayoría hispana y enclave de familias puertorriqueñas en la zona central de Florida.
Collazo se graduará este año de la Escuela de Artes, un centro que atrae a estudiantes que como él que buscan desarrollar sus talentos artísticos y creativos con la ayuda del sistema público escolar.
“Es una escuela como otra cualquiera en términos de presupuesto. No recibimos dinero extra pero nuestros padres son los mejores y muy dedicados a ayudar a sus hijos”, explicó a Efe Mytron Lisby, director de plantel en donde de sus 875 estudiantes el 51 % es de origen hispano y el 53 % califica para recibir desayunos y comidas gratis.
El maestro de música y director de la banda musical de la escuela, Bill Henley, destacó por su parte que “Jonathan es un artista increíble, quien no sólo nació con su talento sino que le añade dedicación al mismo”.
“Collazo es un ejemplo de integridad que le ha devuelto la ética a la banda. Su dedicación es una inspiración para otros músicos, a quienes también dedica tiempo y ayuda para que mejoren”, añadió Henley.
Mientras tanto, Collazo asegura que no se duerme en los laureles y con ahínco practica su repertorio, mientras cose y repara sus mazos favoritos.
“Los colecciono, no me puedo deshacer de ellos”. Carga con cerca de treinta de ellos en su mochila.
“Tocaré con estos en los conciertos”, dice con sencillez este talentoso joven, entre cuyos planes se encuentran, además, continuar su carrera musical en una de las más prestigiosas academias de música del país.
“Espero poder entrar a la Julliard, pero si no, también me sentiré feliz estudiando aquí en la Florida Central”, concluyó. EFE