La policía japonesa sospecha que Tatsujiro Fukazawa, de 40 años, debía estar enamorado de su compañera de trabajo. Eso explicaría, según ellos, por qué tuvieron que detenerlo.
Supuestamente, Fukazawa intentó a matar a su compañera de trabajo poniéndole ácido hidrofluórico en la suela de los zapatos, lo cual propició que ella terminara en el hospital con gangrena en los dedos de los pies y que los médicos tuvieran que amputarle las puntas de los mismos, según Teyuaki Harano, jefe de policía de Gambota (unos 100 kilómetros al suroeste de Tokio), donde ocurrió el ataque en diciembre. Fukazawa, mientras tanto, niega las acusaciones y espera a ser juzgado.
Tanto el supuesto agresor como la víctima trabajaban entonces en el laboratorio de una empresa dedicada a la manufacturación de productos de fibra. En espacios como esos es normal que a los empleados se les pida descalzarse antes de entrar a ciertos entornos controlados, lo cual supone, hipotéticamente, un contexto perfecto para el ataque de Fukazawa.
La mujer sostiene que empezó a sentir dolores en el pie en octubre del año pasado pero hasta finales no fue, con los dedos gangrenados, al hospital. La amputación de parte de los dedos era para entonces algo inevitable.
El ácido hidrofluórico, también conocido como fluorina de hidrógeno, es “un ácido inorgánico muy potente”, según la Biblioteca Nacional de la Medicina estadounidense. El mínimo contacto con la piel humana requiere tratamiento hospitalario inmediato, ya que la piel lo absorbe y lo lleva directamente al riego sanguíneo.
“Algo de fluorina de hidrógeno en un pie, por ejemplo, podría resultar en dolores persistentes, pérdida de huesos y heridas internas”, explica el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades estadounidense. Sin embargo, se utiliza en la fabricación de varios productos como plásticos para componentes eléctricos o para modificar superficies de cristal o metal.
Si bien la policía no ha explicado el vínculo entre el supuesto amor que sentía Fukazawa hacia su víctima y la agresión, continúan investigando la posibilidad de que también hubiera envenenado un par de botas de la mujer.