Un tiro certero y mortal le dieron por la espalda a Enderson José Bracho Atencio, cuando en medio de la oscuridad, por falta de energía eléctrica, salió corriendo para evitar que le robaran su camioneta. Así lo reseñó el diario El Impulso.
Carlos Iván Suárez
Bracho Atencio, de 25 años, quien desde hace seis años se desempeñaba como taxista, se encontraba en la tercera etapa de la urbanización Valle Lindo, al norte de Barquisimeto, comprando queso en una bodega con su mamá y sus hermanos, que son morochos, de seis años.
En el momento en que la progenitora del profesional del volante se bajaba a hacer las compras, dos sujetos lo encañonaron, al igual que a sus hermanos, y los mandaron a bajar de la camioneta Chevrolet blanca año 88. El ahora occiso, quien se caracterizaba por tener un carácter fuerte, se opuso al robo, forcejeó, pero el intento por no permitir que se cometiera el delito fue infructuoso, por lo que corrió para escapar de los antisociales y éstos le dispararon.
Los dos sujetos de piel morena y contextura delgada que cometieron el homicidio, lograron perpetrar el robo, se llevaron la camioneta. Uno portaba un pasamontaña, se montó en la parte trasera del vehículo y siguió disparando a los presentes para amedrentarlos, mientras que el otro, que cargaba una gorra, condujo el carro pero dos cuadras después, se le apagó.
“Ellos se dieron a la fuga, dejaron la camioneta abandonada”, explicó el Orlando Río, padre de la víctima, oriundo de Maracaibo y quien desde hace poco más de 20 años, estableció su familia en Barquisimeto.
Después del delito
La madre del profesional del volante le entregó el celular a uno de los presentes, quien llamó a Orlando Río. Este minutos después llegó al sitio, trasladó a su hijo hasta el ambulatorio de Tamaca, pero lamentablemente había muerto.
Enderson José era el tercero de seis hermanos, “casi no bebía, era un muchacho bueno”, contaba en medio de la tristeza, Iván Galaván, amigo de la familia.
Este ciudadano, víctima de la inseguridad del país, a tempranas horas del miércoles estaba arreglando el motor de su carro, un Fairlane 500 con el que trabajaba como transportista de “rapiditos” en la línea Estrellas del Norte, de la cual era directivo, y llevaba el sustento hasta su hogar, en el sector Los Cedros de Sabana Grande, donde vivía con su esposa e hija de tan sólo año y medio de nacida.
“No hay protección”
“Hace dos años a mí también me robaron el carro con el cual igualmente trabajo como taxista. Tuve que pagar seis mil bolívares de rescate para poder seguir trabajando. En el Norte no hay protección, la inseguridad reina por la zona y ni hablar de la falta de luz. Cuando mataron a mi hijo no había luz”, aseguraba indignado el señor Orlando, quien esperaba el cadáver fuera de la morgue del hospital Central de Barquisimeto.
De igual manera denunció que hace más de una semana se habrían robado la planta y el sonido que cargaban en la zona para hacer la campaña presidencial del candidato oficialista, Nicolás Maduro. Aprovechó además la ocasión para invitar a las autoridades policiales a realizar recorridos, a fin de disminuir la inseguridad.