El presidente de Paraguay, Federico Franco, se encontró hoy en su visita a la OEA con la ausencia de la mayoría de los representantes de los Estados miembros, aunque recibió elogios del secretario general, José Miguel Insulza, a su “firmeza” y “liderazgo” en el proceso electoral en el país.
Veintiuno de los 34 estados de la Organización de Estados Americanos (OEA), entre ellos once integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y todos los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), dejaron sus sillas vacías en la reunión protocolaria en honor al mandatario.
El desplante evidenció la división que persiste en el organismo hemisférico nueve meses después de que Franco, antes vicepresidente de Paraguay, asumiera el poder en reemplazo del presidente Fernando Lugo, quien fue destituido en un juicio político en el Senado.
Al contrario que la Unasur y el Mercosur, que suspendieron a Paraguay de sus bloques apenas siete días después del suceso, la OEA se resistió a hacer lo mismo, y decidió en cambio enviar una misión de observación del proceso político en el país hasta las elecciones del próximo 21 de abril.
Franco agradeció hoy “el apoyo brindado durante el proceso de transición” que vive su país, y aseguró a los representantes del organismo que “no se han equivocado al analizar la situación por la que atravesó Paraguay, y al haber acompañado el proceso electoral”.
“Vengo a decirles que pueden tener la certeza de que en Paraguay los derechos y libertades están garantizados”, señaló Franco. “En estos pocos meses de gobierno hemos logrado sembrar la semilla económica y política que será cosechada por los futuros gobiernos paraguayos”, indicó.
El mandatario paraguayo se comprometió a entregar el poder al ganador de las elecciones presidenciales el próximo 15 de agosto, “sin prórroga y cumpliendo taxativamente lo dispuesto en nuestra Constitución”.
Insulza, que se reunió con Franco antes de la sesión, consideró “un honor” recibir al mandatario en la sede del organismo y recordó que la crisis política en Paraguay generó “una situación externa compleja y una difícil prueba para el proceso de integración latinoamericana”.
“Por eso su tarea no ha sido fácil; sin embargo, usted se ha mantenido firme en su propósito, y hemos sido testigos de su liderazgo para poner en marcha el proceso electoral”, aseguró.
El titular de la OEA calificó además de “encomiables” la preocupación del Gobierno de Franco “por la disminución del empleo juvenil” y el “avance en materia de derechos de la mujer”, además de sus iniciativas relacionadas con la salud y la agricultura.
A la breve sesión asistieron trece embajadores o representantes ante el organismo, los de Canadá, Costa Rica, México, Estados Unidos, Barbados, Guatemala, Honduras, Bahamas, Trinidad y Tobago, Belice, Saint Kitts y Nevis, Panamá y el propio Paraguay.
El embajador de Bolivia, Diego Pary, calificó en su cuenta de Twitter la recepción a Franco como “nefasta para la democracia en la OEA” y publicó la carta de protesta que su delegación, junto a las de Venezuela, Nicaragua y Ecuador, envió esta semana al presidente del Consejo Permanente, el representante panameño Arturo Vallarino.
“Expresamos nuestro profundo rechazo a la realización de la sesión protocolar, así como a las declaraciones del señor Federico Franco, y comunicamos que no participaremos en dicha sesión y nuestras sillas estarán vacías”, señala la misiva, que subraya que el debate en la OEA sobre Paraguay “no ha concluido”.
El Gobierno de Venezuela condenó fuertemente esta semana las declaraciones que Franco hizo durante su visita esta semana a Madrid, en las que calificó de “milagro” el fallecimiento del mandatario de Venezuela Hugo Chávez.
En un acto el jueves en Washington, Franco matizó sus comentarios al señalar que no deseaba “la muerte a nadie”, aunque “evidentemente, el hecho de que el presidente Chávez no esté hoy como presidente hace que la relación de América, por lo menos el Paraguay, con respecto a Venezuela sea diferente”.
Franco acusa a Chávez de haber apoyado al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un grupo armado que opera en las regiones boscosas del noreste de Paraguay.
El mandatario cierra hoy su visita a Washington, en la que se reunió el jueves con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, y participó en una conferencia en la que se mostró “convencido” de que la labor de su gobierno “será reconocida en su momento”. EFE