Desabastecimiento se apodera de Pdval y Mercal

Desabastecimiento se apodera de Pdval y Mercal

(Foto Afp)

Amelis de Golindano tuvo que viajar de un estado a otro para comprar carne y pollo. Su recorrido implicó pasar en bus por el puente Orinoquia, para llegar de Palital en Anzoátegui a Puerto Ordaz en Bolívar. El trayecto de una hora lo realiza una vez a la semana.

Este jueves no sólo lidió con el viaje, sino con la larga cola de más de 40 personas en la hilera de la tercera edad a las afueras del Abasto Bicentenario. Para comprar un tomate o una pasta dental, incluso, los clientes deben hacer la cola afuera. Esa es la instrucción.

Un pote de mantequilla, una bolsa de leche, un empaque de azúcar, cuatro kilos de carne y cuatro litros de aceite son las cantidades que los clientes pueden adquirir en el establecimiento, si de alimentos escasos se trata. Para algunas amas de casa las cantidades son insuficientes, sobre todo si antes deben hacer una cola de más de una hora.





“Siempre hay que hacer la cola. A veces llegas y ya se acabó el producto y allí es que a uno se le descompone el cuerpo”, dijo Amelis de Golindano, quien aseguró que en Palital, su lugar de residencia, no se consigue ni pollo ni carne y en los mercados la proteína supera los Bs. 70 el kilo, cifra no asequible para su bolsillo.

Xiomara Benavente, quien se trasladó desde San Félix hasta Alta Vista, asegura que no demoró mucho para entrar al establecimiento. No obstante, aclaró que su hija “le guardaba el puesto” desde las 5:00 de la mañana.

“No demoré en entrar, pero para pagar uno se tarda como una hora y media por los problemas que se presentan por el gentío”, expresó, al criticar las limitaciones de venta. “Yo tengo seis niños, deberían vender por lo menos seis kilos por persona”, sugirió.

Buena parte de las amas de casa que luchan por adquirir los alimentos más demandados a primera hora hacen cola desde las 4:00 de la mañana.

Ni carne ni pollo en Mercal
En el Mercal de Unare, ubicado al lado de la sede de Patrulleros de Caroní, no hay cola, una innegable señal que sugiere la inexistencia de productos como carne, pollo y aceite. Incluso, los anaqueles carecen de arroz y pasta.

Tampoco hay leche, ni azúcar, ni papel higiénico.

Las cavas de refrigeración están desnudas de proteínas, y a un costado sólo es posible conseguir empaques con pulpa de tamarindo. En el establecimiento, en cuanto a proteínas, se puede conseguir atún y sardinas en lata.

Más información en Correo del Caroní.