El 14 de abril Henrique Capriles ganó con por lo menos dos millones de votos. Tengo tanto derecho a creer en esas cifras, pronosticadas con fundamento científico , como el gobierno que inventó otra donde se asignan una ventaja fraudulenta de 300.000, con una victoria pírrica, para hacerla creíble ante la comunidad internacional y ante sus bandas fascistas, que siembran por ahora el terror lumpen y que dieran el banderazo para pronunciarse al alto mando del generalato, que dos horas antes ya sacaba cuentas con una derrota a cuestas, que llevaría unos a la cárcel otros a la extradición y los mas a perder bienes que nunca podrían demostrar que fueron comprados con sus sueldos cuartelarios.
Con una línea de conducta que presagiaba lo peor, el comando de Capriles no convoca para esa misma noche a celebrar el triunfo, que se habían permitido solo insinuar con sus sonrisas en televisión dos horas antes del pronunciamiento oficial. Era la sonrisa de satisfacción de mentecatos que siempre creyeron como Carter que: “el sistema electoral automatizado del CNE es el mejor del mundo” cuando hasta los mas caídos de la mata saben que es una intrincada red de decenas de fraudes, donde ahora el mayor de ellos viene por cable submarino de fibra óptica, con maquillaje de cifras desde La Habana, donde reposa mas que nunca nuestra suerte de nación de eunucos.
La mayoría nacional siente que le han estafado cuando Tibi anuncia “sus” cifras y produce espontáneamente el ensordecedor cacerolazo de protesta esa noche. Es tal la convicción del candidato que convoca para el martes 16, en todas las capitales de estado a las manifestaciones que resultaron multitudinarias y dispuestas esta vez a no dejarse arrancar la victoria.
Capriles pasa a convertirse la noche del 14 en líder real de TODA la oposición al despotismo, cuando como candidato triunfante desconoce el veredicto del CNE y la estafa de Maduro.
Capriles de hecho se asume como presidente electo por la mayoría evidente y también de base popular de su país. El cacerolazo de esa noche fue estruendoso. Se celebra por adelantado lo que ya se sentía en las esferas militares y en el alto gobierno: el gobiernito de maduro estaba cayendo o ya estaba caído.
Capriles había convocado para el miércoles 17 a la gran protesta en Caracas ante el CNE como la estocada final contra el fraude y llegaba así “la hora de las chiquiticas”. Pero el balance que se hace de la jornada del martes, donde es evidente que vamos a la confrontación final desespera al gobierno, que genera violencias en muchos sitios con sus bandas y con infiltrados en nuestras manifestaciones. Ese día muchos “perdieron la inocencia”, porque descubrieron que existe algo llamado “agentes de provocación”utilizados por todos los gobiernos del mundo y por siglos para sembrar confusión, violencia irracional en sus opositores lo que lleva a la desmovilización.
Los maduristas asesorados por los castristas cubanos son expertos graduados en esas artes. Créanlo o no, los destrozos y muertes de ese día fueron obra de “agentes provocadores”.
Nuestro bisoño candidato opositor electo, o no sabe esto o no quiso saberlo. Porque la emprende entonces contra esos infiltrados, pero con el agravante que los designa como parte de la oposición, a los que debe volver a expulsar de su bando, que el declara es amante de la paz. Por supuesto que tiene derecho a no sentirse líder de los infiltrados, pero quienes respondían a la violencia de los lúmpenes rojos merecían ser más respetados que la manga de gallinas que pueblan su entorno.
En fin, ese problema de los provocadores causando muertes, destrucción y sobre todo la enormidad de manipulación mediática del gobierno espurio, para usarla contra la victoria opositora, en lugar de ser medido con sus reales causas y consecuencias, se esgrime como argumento para DESMOVILIZAR nuestra gente y entonces se anula la convocatoria del 17 ante el CNE.
Es un hecho que el gobierno temía otro 11 de abril de 2002, cuando la gente decidió marchar a Miraflores. Y yo no naci el día de quienes mienten para que le cuadren los argumentos… efectivamente el gobierno debía temer lo peor que para ellos era renunciar o desatar los demonios, y optaron por la línea dura y se nos exigió capitular. Nuestro líder pegó el frenazo y todo empezó a perderse.
Venezuela tiene 916.445 km² la manifestación nacional para repudiar el fraude no necesariamente debía hacerse en los 4 ó 5 km² alrededor del CNE, pudo por ejemplo convocarse para la Valle- Coche, para El Llanito, Parque del este, Cota Mil o donde quisieran y pudieran controlar mejor todo contra los provocadores del gobierno, o a nuestros fanáticos de la violencia como método. Lo único que no podía hacerse era aceptar el chantaje del gobierno colapsado y anular la convocatoria.
Las auditorias se harán como lo señaló el de La Hojilla. de manera que nada sorprenda, el contar voto a voto está descartado. Y Tibisay ya dio su veredicto por anticipado: “No se hagan falsas expectativas con esas auditorias” declaró el viernes 19.
Nunca olvidemos que el régimen chavista murió con su creador y UNICO sostén, desde finales de 2012. Lo que ha seguido es la agonía lenta de esta estafa. Su derrota electoral es parte de su entierro como guía nacional y el aceptar nosotros el veredicto de su CNE solo prolonga esa agonía y apenas difiere, distancia, la irremediable caída.
Nuestro problema ahora no es Chávez (QEPD) nuestro tema son sus herederos espurios. No hablamos de la importante cifra de sus fieles y devotos seguidores, hablamos de la ladronera y la manga de incapaces que sabemos le atormentó hasta su muerte. Esos también eran parte de su herencia, pero la pelea no es con una persona que murió, es con los vivos que usurpan el poder y dicen actuar en su nombre y es con ellos que el propio pueblo que le fue leal empezó a ajustar cuentas.
Maduro perdió y feo, pero lo mantiene en el poder la oposición gallina. Ojala el cloquear sea una buena vía para llegar al poder, será por lo menos inédita.
Capriles prefirió esperar… me imagino que él será un gran factor para pelear por unas elecciones limpias en el futuro, pero estas se las está dejando robar: ES UN HECHO, Maduro es su presidente, ya terminará por decirlo, sino lidera el desconocimiento que nos costará más que lo que hubiera costado aquel fatídico miércoles de la desmovilización. Sepámoslo todos, a un ejército aunque sea civil que está en plena marcha de victoria, no se la da la orden de retirada.
Es cierto que el gobiernito Maduro ahora es rehén de una oposición más vigorosa que nunca y tendrá que dejarse arrancar parte de su omnímodo poder clientelar, pero la contradicción es que mientras más le pidan en compensación por nuestra victoria no cobrada, más le legitimarán su gobierno.
Y para los partidarios de mantener a Maduro en el poder, no me refiero a sus votantes, me refiero a los “cohabitadores” nuestros, les puedo decir: ojala Maduro esté dispuesto a constatar que el 60% del país no lo reconoce, para ver si así se le abre la mollera y escucha no pajaritos imaginarios sino la inclemente voz de las realidades: debe armarse otro régimen, porque el que había murió con Chávez. La historia es hasta cruel con quienes no entienden esto y no son solo los del gobiernito los únicos que no entienden. La batalla se estaba ganando el trompeta debía tocar para el asalto final y se equivoco tocando orden de retirada y fuga. El cuento de las auditorias es una orden de repliegue, el régimen nos manoseará hasta el cansancio y quienes quisieron pelear en caliente tienen ahora sobre sus cabezas una tonelada de nuevas realidades generadas por el fraude que equivalen a granizado de hielo.