REFLEXIONES:
Son muy útiles en estos momentos las acotaciones y llamados que han hecho diferentes personalidades tras las elecciones del pasado 14 de abril. Son tan variadas que he querido colocar algunas para que pensemos mas allá de lo inmediato y cotidiano.
Alberto Barrera Tyszka escribió el domingo en su columna en en El Nacional que “Más allá del resultado electoral, lo ocurrido hace siete días representa un cambio fundamental en el escenario del país. Lo que hemos vivido después tiene que ver más con la administración de esa victoria y con el enfrentamiento a un sistema parcializado, a una élite que sólo sabe manejarse en contextos de guerra, que entiende las relaciones democráticas como un permanente ejercicio bélico. El chavismo sin Chávez ha demostrado ser sobre todo un movimiento reactivo. Actúa como si viviera siempre amenazado. Una agresiva inseguridad casi es su mejor definición. El 14 de abril era la primera gran prueba para el carisma de los herederos del líder y para la industria de culto a la personalidad en la que el gobierno ha invertido mucho tiempo, mucha creatividad y muchísimo dinero. El fracaso fue total. Ni siquiera la manipulación religiosa funcionó. Venezuela volvió a mostrar su identidad pagana e irreverente. La iglesia pidió diez millones de ofrendas como prueba de amor al mesías y los fieles se salieron del templo. El PSUV obtuvo menos devoción que la MUD. Al final, la gente ni siquiera votó por Maduro. La gente votó por Chávez, aun a pesar de Maduro. No pueden quejarse porque esa fue su campaña. El Presidente proclamado por el CNE sigue siendo un suplente. No es un líder, sino un sustituto. En realidad, el país eligió a alguien que ya no existe”.
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