El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo el lunes que es necesario vigilar el debilitamiento en los balances de cuenta corriente en América Latina, y recomendó a la región políticas fiscales más prudentes para aumentar sus márgenes de maniobra en un escenario económico global marcado por la incertidumbre.
Según el estudio “Las Américas. Tiempo de reforzar las defensas macroeconómicas”, que el FMI presentó en Montevideo, Venezuela y Argentina son los países latinoamericanos más sensibles a shocks externos. En tanto, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Colombia muestran una sólida posición fiscal.
Sin embargo, el FMI destacó que es necesario que Brasil, Ecuador, México y Uruguay mejoren sus márgenes de maniobra fiscal para hacer frente a posibles efectos de la crisis internacional mediante la aplicación de medidas contracíclicas y para garantizar sus compromisos de deuda.
“El debilitamiento actual de los balances de cuenta corriente en América Latina, aunque sea consecuencia de una mayor inversión interna, merece ser monitoreado de cerca”, dijo el documento del organismo con sede en Washington.
La cuenta corriente es la medición más amplia del comercio de un país con el resto del mundo, e incluye el intercambio de bienes y servicios y los flujos de inversión.
En promedio, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay registraron en el 2012 un resultado negativo en sus cuentas corrientes de un 2,8 por ciento de su Producto Interno Bruto, desde un 2 por ciento en el 2011.
“Las cuentas corrientes mejoraron al inicio del episodio, pero se han deteriorado más recientemente, reflejando, también a diferencia de episodios anteriores (de altos precios de las materias primas), una expansión más rápida de la inversión que del ahorro”, explicó el organismo en su reporte.
“Una política fiscal más prudente contribuiría a aliviar la presión sobre la capacidad interna y a mitigar el aumento de los déficits en cuenta corriente”, agregó.
El FMI consideró también que debe monitorearse el uso que América Latina está haciendo de sus ingresos por el auge de las materias primas, destinados a la inversión antes que al ahorro, lo que debilita la capacidad de respuesta de los países ante posibles embates.
Ingresos extraordinarios derivados del alza de los precios de los alimentos, de minerales y de productos energéticos están beneficiando a los países latinoamericanos desde el 2002-2003.
De acuerdo con el documento, Venezuela incrementó un 30 por ciento anual sus ingresos extraordinarios por sobre los ingresos corrientes, mientras que Bolivia y Chile lo hicieron un 20 por ciento cada uno.
Más ahorro, menos gasto
También puntualizó que aquellas economías de la región exportadoras de materias primas menos integradas a los mercados financieros se beneficiarían si ahorraran una proporción mayor de estas ventas externas.
En algunos países, en tanto, será necesario aplicar políticas macroeconómicas más restrictivas para contener los crecientes desequilibrios externos y reducir la inflación, que se mantiene en niveles altos.
El FMI espera que América Latina y el Caribe crezca un 3,5 por ciento este año, luego de una expansión del 3 por ciento en el 2012, debido una fuerte demanda interna y la continuidad de las políticas económicas de estímulo aplicadas.
Para el Fondo, las perspectivas de la economía mundial han mejorado gracias a las políticas implementadas por las economías avanzadas, que ayudaron a disipar los graves riesgos a corto plazo que amenazaban hace algunos meses, pero indicó que “la solidez de la recuperación sigue siendo incierta”.
El organismo espera una expansión de la economía global en torno a un 3,25 por ciento en 2013 y un 4 por ciento en 2014.
Monedas emergentes
Las monedas de los países latinoamericanos han resultado un atractivo para los inversores extranjeros desalentados por las bajas tasas de los países centrales.
En ese contexto, “la proporción de títulos públicos en manos de inversionistas extranjeros se ha duplicado, desde un promedio de alrededor de 12 por ciento a principios de 2008 a más de 25 por ciento a finales de 2012”, dijo el FMI.
El organismo subrayó que la flexibilidad cambiaria es clave para reducir vulnerabilidades ante agentes que piensan en deshacerse de títulos. Reuters