En Argentina predomina la sensación de que en cualquier momento el gobierno de la presidenta Cristina Fernández ordenará medidas para recuperar el rezago cambiario.
Debido a esa expectativa, cuyo principal combustible es el dinero en circulación a causa de la política monetaria del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la brecha en los tipos de cambio oficial y paralelo se acerca cada vez más al 100%.
“El gobierno no quiere hacer el gasto político que implica corregir el rezago de la devaluación para financiar los gastos, de manera que lo está haciendo a punta de monetización, la cual tiene el problema de presionar la inflación y que las personas prefieran cubrirse del alza en los precios comprando dólares”, dijo a la AP Alejo Espora de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Ciudad, en Buenos Aires.
El dólar oficial (conocido también como dólar de referencia) cerró el lunes a 5,21pesos, mientras que el dólar paralelo (llamado popularmente dólar “blue”) tocó el techo de los $10 por dólar, aunque cerró en $9,87, según casas de cambio consultadas y cuyos funcionarios pidieron mantener su nombre en reserva porque les es prohibido informar vía telefónica.
El rezago del que hablan los analistas indica que, si el país quiere que sus exportaciones sean competitivas, el dólar oficial debería estar actualmente en por lo menos 6,25 pesos. En lo que va de 2013, la devaluación nominal acumulada es del 6,98% (para el dólar oficial).
Por su parte, la brecha cambiaria, que desde hace varias semanas supera niveles del 85%, evidencia también la tendencia de la gente a preferir ahorrar en dólares previendo lo que pueda pasar con el poder adquisitivo del peso argentino en el corto plazo.
“Los consumidores han estado aumentando su posición en moneda extranjera, a pesar de que el atesoramiento está prohibido”, anotó Espora.
En menos de nueve meses la brecha cambiaria se disparó más de 10 puntos, al pasar el dólar paralelo de 5,94 a cerca de 10 pesos. En julio de 2012 la cotización oficial para la divisa estadounidense era de 4,54 en promedio, según cifras del BCRA.
Las políticas económicas del gobierno presionan la tensión cambiaria. Las normas de control al atesoramiento se estrechan y se convierten en estímulo de la especulación entre quienes necesitan la divisa verde y quienes la consiguen al cambio oficial para venderla luego al precio blue.
“Aparte de las empresas que deben cubrir pagos en divisas, los únicos que pueden comprar al precio del dólar oficial son los viajeros. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), asigna el monto a comprar con base en la declaración impositiva”, dijo Espora.
Entre las entidades financieras corre la voz de que, en su afán por controlar la especulación con el dólar, el BCRA ha enviado cartas a los operadores de divisas para que le reporten los nombres de clientes que están usando sus tarjetas de crédito para hacer avances en el exterior. Para ello, el Banco Central se ampara en la ley 19.359, conocida como “Ley penal cambiaria”.
Con base en una resolución de la AFIP del 18 de marzo de 2013, el “límite para retirar efectivo en el exterior con tarjeta es de entre 15.000 pesos mensuales y el 20% del tope para realizar compras en moneda extranjera”. Ese tope depende de las reglas propias de cada tarjeta.
A pesar de los controles, cada vez parecen florecer más los “arbolitos” en la calle Florida, en el microcentro de Buenos Aires, donde se ubican las principales entidades financieras. Se le dice “arbolitos” a los vendedores informales de dólares que pululan en esa céntrica zona, a pesar de la prohibición de atesorar divisas.
La, hasta ahora, férrea voluntad del gobierno de no devaluar, más la elevada inflación, llevarán irremediablemente a la pérdida de competitividad de las exportaciones. Ya las cifras fiscales dieron cuenta de que el retroceso exportador está ocurriendo.
Cifras del Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación Argentina dan cuenta de la desaceleración en el recaudo tributario equivalente a 983 millones de dólares (reducción del 29,1% comparado con el mismo período de 2012). El principal componente de esa reducción es la caída del 16,9% en los ingresos por comercio exterior.
Mientras tanto, la presidenta Cristina Fernández parece que le seguirá dando la espalda a la realidad. Según un comunicado oficial de la Casa Rosada (la sede presidencial argentina), la presidenta descartó un giro en su política cambiaria. “Los que pretendan ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar a otro gobierno”, afirmó. AP