El primer episodio fue el domingo. El fiscal Guillermo Marijuán, que imputó a Lázaro Báez -presunto testaferro de Néstor Kirchner- por formar parte de una supuesta red de lavado de dinero negro, estaba tomando un café en el barrio porteño de Palermo junto a su amigo, el abogado penalista Andrés Rabinovich. De repente, un hombre se acercó, dejó un sobre cerrado sobre la mesa y se fue sin decir nada. Al abrirlo, Marijuán leyó en letra manuscrita: «Dejate de joder o vas a ser boleta vos y tu familia».
Esa expresión en Argentina no deja lugar a dudas: era una amenaza de muerte. El fiscal guardó silencio ante la prensa pero Rabinovich relató el hecho a ABC. «La amenaza fue generalizada. No te puedo decir que fue por Lázaro Báez pero da la casualidad que en este momento Guillermo está siguiendo esa causa», dijo Rabinovich.
Pero esa no fue la única. Ayer recibió otra advertencia en su despacho. Un empleado de la oficina escuchó el mensaje para el fiscal del otro lado del teléfono: «Si apela, le vamos a matar a las hijas». Esta vez, el llamado tendría que ver con otra causa que lleva Marijuán: el fiscal imputó a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por irregularidades en el nombramiento de fiscales pero la causa fue clausurada por el juez Sebastián Casanello. Ante la segunda de las advertencias, el fiscal radicó la denuncia ante la Cámara Federal porteña. Antes no había querido hacerlo para no atemorizar a su familia.
No es la primera vez que Marijuán recibe amenazas de este tipo. En 2001, cuando investigaba anomalías en las jubilaciones de la provincia de La Rioja, le enviaron un féretro en miniatura a su fiscalía. «El no trabaja para nadie, trabaja para la justicia, es uno de los pocos fiscales independientes», aseguró Rabinovich.
Con información de ABC.es