De un hombre que llegó a la Presidencia después de más de cinco años como Canciller no se espera más que un arranque exitoso en el manejo de la política internacional. Hoy, a menos de un mes de haber asumido la jefatura de Estado, Nicolás Maduro ha demostrado lo contrario. El torpe manejo de la diplomacia ya ha generado roces con Perú, Colombia y Estados Unidos; además, sus viajes al exterior han sido improvisados, producto de una política reactiva frente a la agenda que ha logrado imponer la oposición. laverdad.com / José Gregorio Martínez
Félix Arellano, internacionalista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), sostiene que “Nicolás Maduro ha dado señales de un gran desespero que parece confirmar que algo esconde. Los insultos a Estados Unidos, al expresidente colombiano Álvaro Uribe y la reacción frente a la posición de Perú no son más que señales de miedo”.
Hasta ahora, los viajes de Maduro al exterior han sido reactivos. Su participación en la reunión de emergencia de la Unión de Naciones del Sur (Unasur) el pasado 18 de abril -un día antes de la juramentación- para discutir la situación política venezolana, obedeció a la presión ante el anuncio de Henrique Capriles de que acudiría él a plantear la necesidad de un reconteo de votos para despejar las dudas del fraude. Capriles celebró esa noche haber logrado su cometido de forzar al Consejo Nacional Electoral (CNE) a aceptar la auditoría, aunque posteriormente el ente comicial no la aceptó en los términos planteados.
Torpezas diplomáticas
“Lo que se cree en el exterior es que Maduro engañó a los jefes de Estado de Unasur”, señala Arellano, quien destaca por otro lado que la oposición ha hecho un uso “impecable” del escenario internacional. Recuerda como luego de la visita de Leopoldo López y Eduardo Gómez Sigala a Perú, se generó una posición “demócrata” del Gobierno de Ollanta Humala, expresada a través de su canciller Rafael Roncaglio, quien pidió “tolerancia, diálogo y respeto mutuo entre el Gobierno y la oposición venezolana”. La reacción de Maduro fue desproporcionada al llamar a consulta a su embajador en Perú, para luego tener que retractarse.
Asimismo, las denuncias sin fundamento contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe, responsabilizándolo de un supuesto plan para asesinar a Maduro y luego del asesinato del periodista Jhonny González, lograron una solidaridad inmediata en el vecino país en torno a la figura de Uribe, puesto que los expresidentes son considerados una institución. La canciller colombiana María Ángela Holguín se reunió con Iván Rincón, embajador venezolano en Bogotá, para expresarle la inconformidad por las acusaciones de Maduro y el propio presidente colombiano Juan Manuel Santos pidió defender la “dignidad” del expresidente por canales diplomáticos y “sin insultos”.
El canciller era Chávez
Otro que no se quedó sin recibir su dosis de insultos fue el presidente estadounidense Barack Obama, a quien Maduro tildó de “jefe mayor de los diablos” y lo acusó de promover la violencia postelectoral en Venezuela, una vez que el mandatario norteamericano calificara como “ridícula” la acusación de presunto espionaje contra el estadounidense Timothy Tracy, quien se encuentra detenido en Venezuela.
“Maduro no aprendió nada de diplomacia, cuando Chávez era Presidente, aquí el Canciller era Chávez, el presidente de PDVSA era Chávez, él estaba en todo y manejaba todo. Lo que Maduro copió de su jefe y trata de imitar son los insultos, pero hay una diferencia, Chávez insultaba y se escuchaban aplausos, Maduro insulta y los aplausos no se oyen”.
La gira que inició Maduro en Uruguay e incluye también Argentina y Brasil obedece –según Félix Arellano- a un intento por silenciar a la oposición en el Mercosur, a propósito de la gira del Comando Simón Bolívar por parlamentos de Latinoamérica y Europa. La estadía de Maduro en Montevideo coincide con la agenda de Leopoldo López en ese país y, el recibimiento de la oposición uruguaya al presidente venezolano no fue nada agradable, ya que tuvo que escuchar también en el extranjero el ruido de las cacerolas y en twitter, los uruguayos protestaron con el hashtag #FueraMaduroDeUruguay. Para el internacionalista, representa otra muestra de “desespero” de Maduro el haber incluido a Brasil en su agenda sin haber recibido una invitación formal de la Cancillería de ese país.
“Maduro no aprendió nada de diplomacia, cuando Chávez era Presidente, aquí el Canciller era Chávez, el presidente de PDVSA era Chávez, él estaba en todo y manejaba todo”.
Gira de un millón de dólares
“Más de un millón de dólares cuesta la gira de sólo tres días que emprendió Nicolás Maduro este martes por los países del Mercosur”, aseguró Carlos Berrizbeitia, secretario General de Proyecto Venezuela y diputado de la Asamblea Nacional por el estado Carabobo.
Detalló que los gastos de la gira ascienden a seis millones 477 mil 30 bolívares lo que representa más de 300 cupos Cadivi. “Hay que recordar que el uso del avión presidencial le cuesta a los venezolanos unos 30 mil dólares cada hora de vuelo (…) en este viaje se estarían gastando unos $ 480 mil”.
Berrizbeitia acotó que la comitiva de 50 personas que acompaña a Maduro está conformada por familiares, periodistas, ministros, asesores y personal de seguridad “que gastan, en viáticos y alojamiento, unos 534 mil 600 dólares”.