El compositor, músico y director de orquesta venezolano José Antonio Abreu expresó hoy su anhelo por que “desde hoy mismo alentemos un movimiento musical juvenil e infantil símbolo de la cultura y de la paz”. EFE
Tras recibir el Premio Iberoamericano de Música Cortes de Cádiz concedido por su obra y su labor social, Abreu señaló que este galardón representa “más que un honor”, “un magno compromiso ético que convoca poderosamente” su “responsabilidad como hombre y como artista”.
Abreu, que dedicó este premio a todos los “abnegados educadores” que le han acompañado durante más de tres décadas en la fundación de la Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, señaló que en este tiempo han atendido a más de 300.000 niños procedentes de las 24 provincias de su país.
El artista venezolano, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el 2008, afirmó que “nos mueve el propósito de dignificar a los niños en situación de calle a través de la música”.
A los niños de la calle y a los jóvenes afectados por graves discapacidades y los “reclusos que en el seno de las cárceles adquieren las destrezas necesarias para tocar un instrumento mientras aguardan su reinserción en la sociedad como profesionales de la música”.
De esta manera “la pobreza material será rotundamente vencida por la riqueza espiritual que germina por y en la música”, añadió.
En este contexto, Abreu expresó su anhelo “por que a partir de hoy mismo alentemos un movimiento musical juvenil e infantil símbolo de la cultura y de la paz”.
El compositor mostró su total disposición para que “en el plazo de un año” se pueda formar una orquesta gaditano-venezolana con jóvenes de ambos lugares.
Abreu, de 74 años, creó el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela en 1975 para educar y rehabilitar a través de la música a los jóvenes que viven en las calles del país latinoamericano.
Este programa, que vio nacer al abanderado director de orquesta Gustavo Dudamel, ha beneficiado a más de 350.000 personas y está presente en alrededor de 25 países.