Muchos tenemos la fantasía del trío la tenemos en nuestra cabeza, de ahí la llevamos a la cama “cada uno por su lado”: tenés sexo sólo con tu pareja, pensás en agregar a otra persona pero no se lo decís. Después, si existe el espacio adecuado, se lo contás, comparten las fantasías y se enriquecen con las ideas de ambos.
¿El otro, es hombre o mujer? ¿Él se ratonea con verte a vos con otra mujer mientras las mira? ¿Prefiere que las dos estén con él y lo atiendan como geishas? Y vos, ¿querés que la penetre o preferís ser quien reciba toda la atención?
Y llega el momento de la “charla de café”, que es cuando alguno de los dos (generalmente él), fuera de la cama, en frío, dice: “Che, ¿y si probamos?”. Y nosotras contestamos: “¿Te parece?”. A partir de ese momento viene lo más difícil: quién, cómo, dónde, límites, celos…
Y empieza la búsqueda: el chat, lugares de contactos, páginas swingers… y dos opciones básicas: la prostituta (reglas claras pero frías) y la mujer de la “vida real” (una “par”: complicado cuando ni nosotras sabemos hasta dónde somos capaces de llegar).
De la fantasía a la realidad. Y, sí, a ellos los excita mucho la idea de hacer un trío… Y a muchas de nosotras también.
Lo ideal, a mi criterio, es dejar que la fantasía madure antes de llevarla a la práctica. Sobre todo, si tu idea es hacerlo con tu pareja real, porque hay un después que puede complicarse.
Reglas básicas para un trío
Pacten muy bien los NO de antemano. Generalmente, tus límites y tus miedos van a ser mayores que los de él. Que te respete. Y es obligatorio pensar todo en frío, porque los límites cambian en caliente y después hay arrepentimientos.
Expliquen muy bien la fantasía de cada uno. Cuanto más claro esté todo, más van a disfrutar.
La persona elegida, hombre o mujer, te tiene que gustar a vos. Tenés que sentirte cómoda.
No te olvides: vos sos la estrella de la noche y no esa tercera persona. Pedile a tu pareja que te cuide y te contenga, es fundamental. Al primer signo de incomodidad, tienen que cortar la situación inmediatamente.
Andá despacio. Tomate tu tiempo. Disfrutá de la fantasía, de la búsqueda y de la consumación. Pensá que siempre hay tiempo para seguir probando. No intentes todo la primera vez.
Variantes soft para empezar
Juguete de doble penetración. Él se lo pone e introduce su mienbro en tu vagina y “el de mentira” por el año…o al revés. Lo ideal es que sea vertebrado y con vibrador.
Chat erótico. Hay páginas muy recomendables, sumamente serias, en las que se van a encontrar con personas en la misma búsqueda. También podés escribirte con alguien mientras tu pareja te toca sin participar del diálogo.
Sexo virtual. Podés mirar y que te miren a través de una Webcams. Puede ser con alguna pareja o con una mujer o un hombre.
El boliche swinger, un buen lugar
Es una excelente alternativa para abrir el juego. Podés recorrerlo, ver cómo funciona. Lo bueno es que el respeto es absoluto y los NO se respetan a rajatabla.
Si tengo que aconsejar, la primera vez no hagas nada: sólo mirá, fijate qué te pasa y qué le pasa a él. Pero, decidan lo que decidan, respeten lo hablado antes de entrar. Así aparezca el hombre más guapo o la mujer más bella, si pautaron que esa noche “nada”, o sólo entre ustedes… ¡Hagan nada más que eso! Es la única forma de que la pareja salga tan unida como entró.
Bonus track: ¿por qué “todo para ellos”?
Si lo hacés es porque vos también tenés ganas y la idea los entusiasman a los dos, aunque, “el beneficiario aparente” sea él. Y si vos tomás la iniciativa…muy posiblemente a tu pareja le den ganas de devolverte el favor.
Con información de Entremujeres