Desde el corazón de la fábrica, los trabajadores de Orinoco Iron protestaron por los tres años de vencimiento del contrato que se cumplen esta semana y los cuatros años de un fallido proceso de estatización. correodelcaroni.com / Clavel A. Rangel Jiménez
Los trabajadores recordaron el largo tránsito desde que el Estado decidió nacionalizar la industria briquetera que se ha traducido en desinversión, un limbo legal, la precarización de las condiciones de trabajo y la mora en la discusión del contrato colectivo.
El delegado Ronna Figueredo, junto a demás defensores de la salud y la seguridad en el trabajo señaló que el personal de la fábrica, en comparación con otras empresas briqueteras, percibe hasta un 50 por ciento menos por debajo del salario promedio de la industria.
Atribuyen la caída en la producción, a menos de un 30 por ciento de su capacidad y por largos períodos improductiva, a la existencia a una junta de transición “incompetente e ineficiente”, a las pugnas internas por intereses individuales, indiferencia ante la caída de la producción, gastos excesivos en viajes y agasajos de la administración, ausencia de peso político e incoherencia en el manejo de la gestión socialista.
Orinoco Iron estuvo administrada hasta 2010 por el Grupo Sivensa y tiene una capacidad de producción de briqueteras de 2.2 millones de toneladas métricas.