Los pingüinos perdieron la capacidad de volar hace miles de años, y ahora los científicos parecen haber descubierto el porqué. Un nuevo estudio explica que a estas aves les cuesta mucho levantarse del suelo porque eran demasiado buenas nadando como para seguir desarrollando otras aptitudes, como el vuelo. abc.es
La capacidad de volar podría hacer algunos aspectos de la vida antártica mucho más fáciles a los pingüinos. La marcha agotadora de los pingüinos emperador, por ejemplo, podría disminuir hasta quedarse en un par de horas de vuelo. También les serviría para escapar de depredadores como los leopardos marinos en la orilla.
Una teoría popular de la biomecánica sugiere que las alas se adaptaron de manera más eficiente para el baño y, finalmente, perdieron su capacidad para sobrevolar.
El arao de pico ancho o de Brünnich arao (Uria lomvia) utiliza sus alas para el buceo como los pingüinos, pero también vuela. Los científicos teorizaron que la fisiología y el uso de energía pueden ser muy parecidos a los de los pingüinos voladores antepasados.
Otras aves se impulsan a través del agua con sus pies. El coautor del estudio, Kyle Elliott, de la Universidad de Manitoba y sus colegas afirman que estas aves pueden ser considerados modelos biomecánicos por cómo utilizan su energía en el vuelo.
El minucioso análisis técnico y de isótopos de cómo queman su energía revela por qué los pingüinos de hoy están conectados a tierra. Para ellos, volar les cuesta mucha más energía que cualquier otra ave o vertebrado conocido y les resulta muy difícil mantenerlo.
“Esto implicaría una reducción progresiva en el tamaño del ala, lo que hace que los huesos de los pingüinos sean más eficientes para bucear que para volar. Los huesos más ligeros hacen que sea más fácil para las aves volar. En el caso de los pingüinos, evolucionaron hacia huesos más densos”.