Un artefacto diseñado por impresión tridimensional y hecho con un material que el cuerpo reabsorbe permitió que un niño con una grave afección pulmonar respirara y siguiera viviendo, según un artículo que publica hoy la revista New England Journal of Medicine.
Kaiba Gionfriddo, ahora de 20 meses de edad, nació afectado por un colapso de sus bronquios y tráquea que impedía el flujo de aire a sus pulmones, y día a día requería resucitación cuando se detenía su respiración.
Aproximadamente uno de cada 2.200 bebés nace con traqueomalacia, una debilidad y flaccidez de la tráquea, y la mayoría de los niños la superan para cuando llegan a los dos o tres años de edad, aunque a menudo el mal se diagnostica, equivocadamente, como asma que no responde al tratamiento.
Cuando la condición afecta a la tráquea y los bronquios se llama traqueobroncomalacia, y los casos graves, como el de Kaiba, son aproximadamente el 10 por ciento de todos los casos.
Varios de los médicos le habían dicho a los padres que había pocas probabilidades de que el bebé saliera vivo del hospital cuando uno de los médicos refirió a la familia a la Universidad de Michigan, donde un equipo de otorrinolaringología y otro de ingeniería médica desarrollaban nuevos artefactos.
Green, profesor asociado de otorrinolaringología pediátrica en la Universidad de Michigan y su colega Scott Hollister, profesor de ingeniería biomédica y de ingeniería mecánica, y profesor asociado de cirugía en la UM, entraron en acción de inmediato y obtuvieron una autorización de emergencia de la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) para crear e implantar un soporte traqueal para Kaiba hecho de un biopolímero llamado policaprolactona.
El 2 de febrero de 2012, el soporte diseñado especialmente se implantó en Kaiba en una operación en el Hospital C.S. Mott de Niños.
El soporte se suturó en torno a la vía respiratoria de Kaiba para expandir los bronquios y darle un esqueleto que ayudara en el crecimiento apropiado. En casi tres años el soporte será reabsorbido por el cuerpo.
“Fue asombroso. Tan pronto como se colocó el soporte los pulmones empezaron a expandirse y contraerse por primera vez y supimos que el niño iba a estar bien”, dijo Green.
Green y Hollister pudieron hacer el artefacto, diseñado y fabricado a medida, mediante el uso de imagen de alta resolución y diseño con asistencia de computadora.
El artefacto se creó directamente a partir de un escán de tomografía computarizada de la tráquea y los bronquios de Kaiba, integrando un modelo por computadora basado en imagen con una impresión tridimensional por láser para producir el soporte.
Kaiba fue retirado del pulmotor veintiún días después del procedimiento y desde entonces no ha tenido problemas para respirar.
“El material que usamos fue una buena elección. La tráquea requiere de dos a tres años para remodelarse y crecer a un estado saludable, y ése es aproximadamente el tiempo que demora este material para disolverse en el cuerpo”, dijo Hollister.
El diseño basado en imagen y el proceso de impresión tridimensional de material bioabsorbible puede adaptarse para construir y reconstruir numerosas estructuras de tejido.
Green y Hollister ya han usado el proceso para construir y probar estructuras de oreja y nariz, específicas para los pacientes, en modelos preclínicos.
Además, Hollister y sus colaboradores usaron el método para reconstruir estructuras óseas (de la columna vertebral, cráneo faciales y hueso largo) en modelos preclínicos. EFE