El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004) se declaró este martes “no culpable” ante un juez federal estadounidense de los cargos por lavado de dinero que se le imputan, durante una audiencia celebrada en Nueva York cuatro días después de su extradición. AFP
“Sí”, dijo Portillo en voz casi inaudible cuando el juez Robert Patterson le preguntó si se declaraba no culpable del delito de conspiración para lavar “decenas de millones de dólares” en bancos norteamericanos durante su gestión, constató la AFP.
Acompañado por un equipo de cinco abogados, Portillo -vestido con saco gris oscuro, camisa blanca y corbata color violeta- se mostró calmo durante la corta audiencia de menos de media hora celebrada en los tribunales federales situados en el sur de Manhattan.
“El expresidente Portillo se defenderá de manera vigorosa de los actuales cargos y espera claramente ser declarado inocente aquí como lo fue en Guatemala”, dijo uno de esos letrados, David Rosenfield, al leer una declaración a la prensa más tarde.
En ese corto comunicado, Rosenfield afirmó que Portillo considera el proceso como una “extralimitación” del Departamento de Estado y el gobierno estadounidense.
Extraditado el viernes desde Ciudad de Guatemala, el expresidente guatemalteco, de 61 años, se encuentra alojado en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York.
Se trata del primer exgobernante latinoamericano en ser entregado a la justicia de Estados Unidos. El delito del que se lo acusa es castigado con una pena máxima de 20 años de prisión, según la legislación estadounidense.
Durante la audiencia, Rosenfield anunció al juez que su equipo presentará en “diez días o dos semanas” un paquete de fianza para tratar de obtener la liberación de su cliente durante el juicio.
“Cuando lo tengamos listo pediremos una fecha de audiencia. Tenemos que preparar el monto, la propuesta del paquete que ofreceremos. Confiamos en que el juez lo acepte”, dijo.
La fecha de inicio de su juicio aún no fue establecida. De acuerdo los abogados de Portillo, sería de aquí a “por lo menos un año”.
Al partir de Guatemala, Portillo calificó su extradición como un “secuestro” y acusó al gobierno del presidente Otto Pérez de “violar la ley”, pues, según dijo, aún tenía recursos pendientes en los juzgados guatemaltecos.
Pero Otto Pérez rechazó el lunes esa denuncia y aseguró que el exmandatario “no tenía ningún proceso pendiente” en su país.
Portillo denunció además que era extraditado a pesar de sufrir varios problemas de salud, entre ellos un arritmia cardíaca.
Esa cuestión fue mencionada durante la audiencia por Rosenfield, quien explicó al juez que la temperatura de la celda en la que está alojado su cliente era muy baja debido al aire acondicionado y pidió que se solucione ese problema.
“Su condición médica es mejor, estable. Está bien”, señaló Rosenfield de todos modos.
De su lado, los fiscales a cargo del caso, Rachel Kovner y Adam Fee, indicaron al juez que presentarán las pruebas con las que cuenta la acusación el próximo 28 de junio.
Presente en la audiencia, el cónsul guatemalteco en Nueva York, Oscar Padilla, ha indicado que se encuentra en “comunicación permanente” con las autoridades estadounidenses para brindar “la asistencia y protección consular” que corresponde a Portillo, según la cancillería.
En ese sentido, el gobierno guatemalteco afirmó haber solicitado a las autoridades estadounidenses que se le entregue por escrito “el resultado de la evaluación médica” del expresidente.
Portillo había presentado varios recursos para evitar su extradición, aprobada en noviembre de 2011 por el expresidente Álvaro Colom (2008-2012).
Había sido capturado cuando intentaba abandonar el país de forma ilegal -rumbo a Belice- el 26 de enero de 2010, un día después de emitida la petición de extradición por una corte de Nueva York.
Portillo había sido absuelto en 2011 en tribunales guatemaltecos por el supuesto desfalco de unos 15 millones de dólares en el ministerio de la Defensa en 2001, pero no recobró su liberad debido a la petición estadounidense.