La homodegradación, homoputrefacción o descomposición moral del ser humano ha alcanzado el cenit en estos tiempos de malparidos y cubanos invasores con consentimiento. ¿A quién se le descuentan los fallecidos que ya lleva el brote epidémico del rápido ascenso de la muy contagiosa influenza pandémica AH1N1? Desde 2010 la cobertura de vacunación disminuyó en el país encontrándose por debajo del mínimo recomendado de 95%. Pero mire usted que entre 2010 y 2011 escasamente un 15% de la población susceptible, niños y mayores de 60 años fue vacunado; pero no hay datos confiables. Además, desde 2009 quedó un importante remanente que no fue inmunizado; así que hay muchos en espera para enfermarse. Calcule usted, por cada caso confirmado, existen 200 más y diez mil por cada fallecido. Como reguero de pólvora ya son 18 entidades federales que han reportado casos, pudiendo calcularse un aproximado de ciento ochenta mil personas en riesgo de enfermarse; 16 fallecidos. ¿Cuántos morirán? ¿Podrá esta nueva evidencia de indiferencia y criminalidad hacerlos reaccionar? “La misión milagro comenzará una fase de expansión para la atención de los pueblos de la América Latina”, dijo el ilegítimo mientras la epidemia de AH1N1 se expande por el país… ¿Por qué? Simplemente porque no se vacunó a los susceptibles. Pero no es todo, inexactitudes, errores injustificables y mentiras a diario producen tristeza viniendo de la responsable de la salubridad pública siempre a la defensiva: No hay “cerco epidemiológico” para un virus que convive con nosotros desde hace tiempo.
Habiendo epidemiólogos de postín en el país, no serán llamados, pues engañan y saben que mienten porque desconocen qué hacer y cómo hacerlo. La vacuna como la información veraz es efectiva y segura.