Comer medusas por una buena causa: esa es la consigna del informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El informe, «Review of jellyfish blooms in the Mediterranean and Black Sea», advierte sobre la proliferación en el mar Mediterráneo y en el mar Negro del llamado «plancton gelatinoso» (que incluye todos los tipos de medusas), y que está generando graves problemas a la industria pesquera, ya que las medusas son depredadoras y se alimentan de larvas y huevos de pez; pero también a la turística, provocando incluso que los turistas «cancelen sus reservas o reduzcan su estancia». Todo por culpa de las medusas…
La solución: comérselas. Introducir la medusa en España puede ser difícil por una cuestión cultural pero no es una idea nueva ni descabellada. De hecho, ya se consume en países como China, Corea o Japón.
El investigador del Instituto Español Oceanográfico (IEO), Julio Mas, asegura que las especies asiáticas «se parecen bastante» a algunos tipos de las que se encuentran en el Mediterráneo, por lo que sería posible obtener medusas comestibles en aguas españolas, según ha informado a Efe. Para su consumo, explica, deberían estar sometidas a procesos laboriosos que garanticen su salubridad y a tratamientos con aditivos, liofilización o deshidratación.
Si tendrán éxito o no en España es la cuestión principal: «no va a ser lo mismo pedir merluza que medusa», aseguró Mas.
Sin embargo, ya son muchos los restaurantes que tienen en sus cartas apetecibles platos (o eso parece) que incluyen a la medusa como protagonista. El restaurante La Sopa Boba, en Alpedrete (Madrid) tiene varias opciones con medusas: ensalada con medusa, ramallo de mar y wakame; rabo de toro con medusa de guarnición; tempura de medusa, e incluso licor.
Pero lo que cualquier comensal se preguntaría antes de probarla es a qué saben, o con el sabor de qué otro alimento (al que esté ya acostumbrado) puede compararse: «El sabor es muy parecido a un alga fuerte, al ramallo de mar; y la textura puede recordar mucho al seso de cordero o a las manitas de cerdo, es muy gelatinosa», cuenta Fernando. La medusa, tiene otro valor añadido: no es cara. «La media de los platos con medusa son 10 euros», señala.
Pero Fernando, aún siendo chef, insiste en la importancia de la medusa por sus propiedades medicinales: «Tiene mucho colágeno, por lo que es buena para la piel; también es buena para los huesos, etc. En casa la comemos bastante y a mi mujer le ha resultado muy bien para la piel, incluso durante el embarazo», comenta Fernando entusiasmado.
Con información de ABC