De acuerdo al video en donde William Ruperti aparece comprando conciencias, en Pdvsa existen sobreprecios del orden de los doce mil millones de dólares. El corruptor, y no de menores precisamente, los califica de “ineficiencias”, señalando como ejemplo que barcos cuya tarifa de fletamiento es de setenta mil dólares son arrendados por Pdvsa por doscientos cincuenta mil dólares. Ahora, en términos revolucionarios a la corrupción se la califica como “ineficiencia”. ¿Qué tiene que decir al respecto Rafael Ramírez, el intocable presidente de la empresa, ministro de Petróleo y Minería, presidente del Fondo de Reconstrucción y directivo del PSUV? ¿Se atreverá la Contralora designada a dedo a investigar este señalamiento?
También es corrupción, no ineficiencia, la escasez de aceites para vehículos motivada a las paradas intempestivas de plantas por falta de mantenimiento y porque Pdvsa no cancela deudas a quienes suministran los envases. Adicionalmente es corrupción contratar trabajadores solo por ser afectos a la revolución y además no capacitarlos. Lo mismo aplica para la escasez de bombonas de gas doméstico.
Lo de la plataforma Aban Pearl contratada con sobreprecio y que se hundió sin haber extraído una molécula de gas, hecho denunciado por Gustavo Coronel, no fue ineficiencia, sino corrupción. Los quinientos millones de dólares del Fondo de Jubilación de los trabajadores que se perdieron porque la Directiva de Pdvsa contrató al pillo Illarramendi, no fue un acto de ineficiencia sino de corrupción. Desde luego el envío de ochocientos mil dólares para la campaña electoral de Cristina Kirchner fue otro acto de corrupción.
Sin embargo, lo mencionado son minucias comparadas con lo que ha dejado de percibir la empresa por el descenso de la producción de crudo, por los accidentes en las refinerías, por el estancamiento de la producción de gas, por las demoras en la ejecución de proyectos, por las dádivas de petróleo y productos refinados a otros gobiernos, por las importaciones de gasolina y otros productos, así como por la compra de petróleo para cumplir compromisos en el exterior. Pdvsa es una empresa ineficiente por la corrupción más que por otros factores.
Como en botica: Hace algunos meses Rafael Ramírez declaró que “es necesario reducir el consumo interno en cien mil barriles por día, no puede seguir el derroche”. Ahora declaró que “No voy a poner al país contra la pared; si está consumiendo más hay que producir más y no puedo exportar tanto como quisiera”. Así planifica quien, según Mario Silva, no debe ser removido. ¿Será cierto que Pdvsa le pagaba doscientos millones de bolívares mensuales a este sujeto? Risarrita declaró que “el turismo puede producir tantos ingresos como el petróleo”. Suponemos que, como es imposible que acudan turistas por la gran inseguridad, lo que quiso decir es que si la producción petrolera sigue descendiendo las divisas que genera Pdvsa se igualarán con las del turismo. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!