En una entrevista al periódico californiano, Sherwood Lollar admite que ha probado el agua unas cuantas veces, y es extremadamente salada. «Es más viscosa que el agua del grifo. Tiene la consistencia de un jarabe de arce muy ligero. Cuando entra en contacto con el oxígeno adquiere un color anaranjado, por los minerales que empiezan a formarse, especialmente el hierro». La investigadora asegura que este líquido «tiene un sabor terrible. Es mucho más salado que el agua de mar. Definitivamente, no querría beber eso».
Elementos para la vida
El agua se filtra a través de las rocas de una mina que se encuentra a 2.400 metros de profundidad. Contiene hidrógeno y metano en diferentes formas, que se deben a la interacción con las rocas del alrededor, y gases nobles como helio, neón, argón y xenón. Los científicos todavía no están seguros de si en ese sistema subterráneo hay vida o no, pero creen que es posible, ya que tiene todos los elementos necesarios para ello. Además, las rocas que la mantienen atrapada son muy parecidas a las de Marte, lo que abre la posibilidad a que existan ambientes similares en el Planeta rojo.