Una pequeña compañía aérea de Samoa dice que introducirá una clase “XL” para pasajeros de gran tamaño, con filas de asientos extra anchas y rampas especiales para ayudarles a llegar a sus lugares.
Con el lema de “un kilo es un kilo”, Samoa Air ya fue pionera en cuanto a la cuestión de la obesidad y saltó a primera página de los medios cuando a finales del año pasado comenzó a cobrar a los pasajeros tarifas basadas en su peso en lugar de tener un precio fijo por asiento.
El jefe ejecutivo de la firma, Chris Langton, dijo en declaraciones a la emisora nacional australiana que la medida resultó ser exitosa y que la compañía planeaba ahora ofrecer un servicio especial para que los pasajeros que pesan más de 130 kg puedan viajar con mayor comodidad.
“A menudo, el acceso es complicado, y después de que una persona ha logrado encajar en el asiento, no tiene sitio para las piernas”, explicó.
“No tenemos una gran flota de aviones, pero queríamos hacer algo que demostrara que estamos pensando en este tema”, dijo Langton destacando los aviones pequeños que conforman la flota de su empresa.
Langton precisó que las filas de la nueva clase se extendieron para hacerlas entre 30 y 35 centímetros más anchas, con rampas adaptadas para facilitar el acceso a ellas.
“Es una suerte de sofá de tres asientos”, detalló.
Modelo a seguir
Langton predijo que otras compañías seguirán el ejemplo de Samoa Air, diciendo que tenía sentido cobrar por peso y que las cabinas tienen que ser readaptadas para asumir el aumento de peso de los viajeros.
“Ahí es donde aparece la XL”, señaló. “Se hace con camisetas, prendas de ropa y otras cosas en las que tenemos distintos tamaños.
“La industria de las aerolíneas tendrá que hacer lo mismo”.
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