“Hasta el día de hoy, la situación electoral en Venezuela es irreversible, no es verdad que aquí va a prosperar nada que se llame impugnación, nada que se llame nuevas elecciones”, indicó a la AFP el historiador y analista político Agustín Blanco.
Por Valeria PACHECO/AFP
Menos de un mes después de los comicios del 14 de abril, Capriles y la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) impugnaron ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) los resultados, que dieron vencedor a Maduro con una ventaja de 1,49 puntos porcentuales sobre el líder opositor.
La oposición además pidió una auditoría de los votos al Consejo Nacional Electoral (CNE) al denunciar irregularidades el día de la votación. Hace ocho días, el ente determinó que tras auditar el 100% de los votos, el proceso concluyó “sin discrepancias” en un 99,98% de éstos.
Desde el momento en que el gobierno es reconocido a nivel internacional, para los analistas son “bajísimas” o “casi nulas” las posibilidades de que el TSJ – al que además Capriles acusa de estar parcializado en pro del chavismo – falle a favor de la oposición, que pidió la nulidad total o parcial de las elecciones y su repetición.
“Ahora queda mucho más claro que Maduro es visto internacionalmente como el presidente legal de Venezuela, ha recibido el visto bueno inclusive del papa Francisco y de gobiernos importantes de la Unión Europea”, señaló Blanco, investigador de historia contemporánea en la Universidad Central de Venezuela.
Mientras la oposición espera una respuesta del máximo tribunal, Maduro se reunió esta semana con el Papa y sus homólogos de Italia, Portugal y Francia, en su primera gira por Europa como sucesor de Hugo Chávez, cuya muerte el 5 de marzo de un cáncer derivó en los comicios de abril.
Reunión Jaua-Kerry
El politólogo John Magdaleno estimó que el “gobierno busca forjar su legitimidad a nivel internacional” y que la “señal más relevante” de esta estrategia fue la reunión entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el canciller Elías Jaua el 5 de junio en Guatemala, al margen de la Asamblea General de la OEA.
Según este analista, la impugnación de Capriles, gobernador del estado Miranda (norte), sembró “dudas sobre la legitimidad de Maduro” y fue una estrategia “parcialmente exitosa” porque la “duda está fijada en Venezuela y el mundo”, pero en la práctica ésta ha sido eclipsada por un gobierno que sigue en marcha.
La situación plantea el “mismo dilema” que enfrentó Manuel López Obrador en las elecciones de México de 2006 y 2012, cuando no reconoció las victorias de sus rivales, añadió Magdaleno. “Llega un momento en que la acusación y la denuncia de la ilegitimidad terminan siendo avasalladas por los hechos: un gobierno que continúa operando y ejerce sus atribuciones”, explicó.
Poco después de presentar la impugnación, líderes de la MUD iniciaron una ofensiva diplomática para denunciar en la región la situación electoral en Venezuela, mientras Capriles se reunió el 29 de mayo con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en Bogotá.
Maduro repudió la cita y llegó a replantear las relaciones de su gobierno con Colombia: “Los oficialistas armaron un gran bullicio, un poco para impedir que Capriles siguiera difundiendo su discurso a nivel latinoamericano”, señaló Blanco.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, afirmó este miércoles que no recibirá a Capriles durante una gira que prevé realizar en la región para denunciar la situación en Venezuela.
Municipales a la vista
Por otro lado, la impugnación también se ha convertido en “una camisa de fuerza” para la oposición de cara a las municipales del 8 de diciembre, en las que Capriles será el jefe de la campaña opositora y para las cuales llama a votar masivamente, pese a sus cuestionamientos al CNE y sus denuncias de fraude en abril.
“Capriles y la MUD tienen que hacer un esfuerzo gigantesco para convencer a sus votantes de que vale la pena votar”, comentó el analista Ángel Álvarez.
Magdaleno consideró a su vez que el gran desafío de Capriles es “qué hacer con la agenda política” y plantear cómo enfrentará la “acumulación de problemas económicos en el país”: una gran escasez, una inflación que supera el 19% en lo que va de año o una sequía de divisas para importaciones, entre otros.
“El cuadro económico no presagia una estabilidad en Venezuela, ese es el escenario de Capriles, qué agenda va a tomar”, reafirmó Magdaleno.