El chavismo convirtió a la Universidad Central de Venezuela en un escondite de malandros que infunden el terror dentro el recinto universitario, bajo la mirada cómplice del gobierno y los órganos de seguridad del estado.
Para nadie es un secreto que la gloriosa Escuela de Trabajo social, y le digo gloriosa porque ahí me forme para vencer la ignorancia y la violencia, está tomada por chavistas que tienen la intimidación como bandera patria, la confrontación como el espacio para dirimir las contradicciones académicas y el vandalismo como generador de soluciones a los conflictos.
Todo el mundo vio como los malandros que acompañan al chavismo en la UCV, quemaron la sede del rectorado sin pensar que era Patrimonio Histórico de la Humanidad, solo con la firme intención de silenciar a la mayoría de los estudiantes que hacen vida en la universidad y que están del lado de las luchas estudiantiles y profesorales por encima del chantaje del gobierno.
Estas acciones deben ser rechazadas por todos los venezolanos que creen en la academia, en la creación del conocimiento, en la transformación social desde las aulas de clase. Quienes se ponen del lado de la violencia se arrodillan ante el gobierno violador de Derechos Humanos, que lo único que busca es tener estudiantes genuflexos, mudos e indolentes con causas nobles y justas.
Cuando el chavismo quema autobuses estudiantiles, no piensa en esos jóvenes de escasos recursos que usan esas unidades de transporte como único medio que tienen para llegar a sus hogares. Al quemar un autobús y una Universidad están quemando los sueños de miles de hermanos que necesitan tener universidades de calidad.
La universidad no debe ser escondite de malandros, no debe ser guarida de encapuchados. La academia es el espacio para la transformación y las ideas, hacer lo contrario es un delito que la sociedad no le perdonara a los que generan zozobra y frustración dentro de la casa que vence la sombra.
Esperemos que el reloj universitario cuente las horas para sacar de esos rincones a los malandros que afean la cultura ucevista y no permiten la bohemia de su tierra de nadie, su comedor, su Aula Magna y cada verdor que se levanta con el roció mañanero.
Los estudiantes con valores democráticos son los que pueden sacar y derrotar la violencia dentro de mi amada UCV. Solo hace falta querer y amar a su universidad para poder enfrentar a esos malandro que el gobierno les paga para que dañen y siembre el miedo en cada rincón. Solo con coraje cívico nos pondremos del lado de luz y no de la oscuridad que pretende imponernos el sector chavista, liderados por estudiantes eternos de Trabajo Social.
f_velasquez16@hotmail.com @felixvelasquez