Luego de haber desafiado las cataratas del Niágara el año pasado, el aventurero estadounidense Nik Wallenda planea romper otro récord este domingo, cuando cruzará el Gran Cañón caminando sobre una cuerda de cerca de 400 metros de largo y a unos 460 metros de altura.
El equilibrista de 34 años estará armado de varias cámaras y micrófonos con el fin de transmitir su desafío a la muerte en vivo a partir de las 17H00 locales (00H00 GMT del lunes) por el canal Discovery, que transmitirá a 219 países.
Y esta vez Wallenda no usará arnés ni redes de seguridad, a diferencia de como lo hizo cuando rompió el récord del Niágara y sumó su séptima marca mundial.
En aquella ocasión, Wallenda enfrentó fuertes vientos y la copiosa rociada que le llegaba desde las cataratas, las más grandes de América del Norte, mientras caminaba suspendido sobre un cable a 60 metros de altura.
Ahora pretende hacerlo desde una altura seis veces mayor sobre una una cuerda de acero de 5 cm de grosor, en el imponente cañón desértico de Arizona (suroeste de Estados Unidos), hazaña que le tomará al acróbata unos 25 minutos bajo una temperatura de casi 40 grados Celsius.
El sábado, los organizadores dijeron que las condiciones en el área de la caminata, una zona remota en el extremo este de la mítica garganta geológica, eran “muy ventosas”.
El acróbata, que ha estado planeando cruzar el Gran Cañón desde hace cuatro años, comenzó su entrenamiento final en Florida (sureste) hace varias semanas, durante las cuales caminó a lo largo de una cuerda de 300 metros de largo y rodeado de máquinas de viento que simulaban ráfagas de hasta 80 km por hora.
La caminata podría ser postergada en el caso -improbable- de que los vientos superen los 80 km/hora o si hay riesgo de relámpagos. Si esto ocurriera, lo intentará de nuevo al día siguiente, aclaró.
La transmisión en vivo, por el canal Discovery, tendrá un retraso de 7 a 10 segundos.
“Confío en mi habilidad. Pero uno tiene que ser particularmente cuidadoso en el aspecto mental. Un acontecimiento mundial como éste es muy desafiante, eso verdaderamente influencia mi estado mental”, dijo a la AFP.
Wallenda, miembro de séptima generación de la familia circense de aventureros Flying Wallendas, dijo que cuando dé su primer paso en tierra firme su primer pensamiento será para su bisabuelo Karl Wallenda, quien murió en 1978 al caer de una cuerda floja.
Wallenda afirma haberse entrenado para lo peor y que a diferencia de su bisabuelo, que intentó en vano agarrarse de la cuerda con sus manos al caer, él será capaz de abrazarse a ella si es necesario.
“Rodearé la cuerda con piernas y manos, la voy a abrazar como un abrazo de oso hasta que llegue la ayuda. Los equipos de rescate podrán arribar en un minuto”, señaló.
Esta ayuda llegará en unos tranvías de rescate, que colgarán bajo el cable y que podrán rodar en segundos hacia donde esté Wallenda.
“A la televisión le encantaría que eso sucediera, porque eso lo convertiría en un buen show”, dijo. “Pero no tengo la intención de terminar así”. AFP