La lista de los reclamos es tan larga como la Troncal 10, la carretera nacional más larga del país, que conecta al estado Bolívar con el norte de Brasil y que el miércoles cerraron los trabajadores de CVG Minerven por la apatía con la que el Ejecutivo nacional los ha tratado. correodelcaroni.com / Clavel A. Rangel Jiménez
No tienen materia prima, no tienen uniformes, la maquinaria carece de repuestos, la tecnología con la que laboran es obsoleta, el transporte es deficiente, el contrato colectivo tiene cuatro años vencido y, a diferencia de los sectores aluminio y ferrosiderúrgico, a los trabajadores de la estatal minera no les han cancelado el anticipo por el retraso de la discusión contractual. En resumidas cuentas: Minerven opera a 30 por ciento de su capacidad. Tampoco tienen respuestas.
La caída estrepitosa de la producción, la desidia y la desatención del Ejecutivo son los detonantes de la huelga de brazos caídos que este lunes cumple cinco días en CVG Minería de Venezuela (Minerven).
La manifestación comenzó el jueves con el cierre de la Troncal 10, carretera nacional que une al sur del estado Bolívar con el norte de Brasil, para luego trasladarse a las minas donde el personal exige la presencia del Ejecutivo.
Los reclamos son un compendio de demandas que van desde el suministro de insumos y repuestos hasta el pago de pasivos laborales y la cancelación del anticipo por el retraso en la discusión del contrato colectivo, y que el gobierno ya pagó a los empleados del sector aluminio, Sidor y Ferrominera Orinoco.
“El Gobierno nacional tiene que voltear la mirada hacia nosotros. No es posible que los trabajadores no sepamos hacia dónde se destinan los recursos”, dijo el dirigente de la antigua Promotora Minera Guayana (PMG), Douglas Robles.
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